martes, 24 de mayo de 2016

Buenas Obras, una Gracia de Dios (10)

Cuando entendemos que la Iglesia es la comunidad de discípulos gozando de su comunión y trabajando por la misión en el mundo, y que todo esto es obra y gracia de Dios, queda claro que la Iglesia y su jerarquía no tiene ningún rol intermediario entre Dios y el mundo.

La Iglesia proclama la Palabra de Dios y es ésta la que actúa en el pecador y entabla con él una relación personal y directa. El nuevo discípulo no se somete a otros discípulos para poder alcanzar la salvación, sino que siendo ya salvo por la Palabra, se congrega para seguir creciendo y para trabajar con sus hermanos como iguales.

Si alguien pide obediencia por su supuesta autoridad o unción divina, o bien se atribuye algún mérito sobre la salvación y las buenas obras, se pone en el lugar de Dios y se vuelve, por lo tanto, en su enemigo.

No hay comentarios: