martes, 18 de abril de 2017

Reflexiones cortas: Idolatría

No existe una escala de buenas obras y de pecados. Pues solo existe 1 mandamiento: amarás al Señor, tu Dios, con todas tus fuerzas y con todo tu ser; y 1 solo pecado: la idolatría, que es depositar tu confianza y esperanza en cosas ajenas a Dios.
Toda acción, pensamiento u omisión será buena, si nace del amor divino; y será mala si nace de la confianza a uno mismo o a cualquier persona, cosa o ideología que se presente como autoridad digna de confianza, poniéndose así en el lugar de Dios.
El decálogo se presenta de tal forma que el 1er mandamiento incluye todos los siguientes, y cada mandamiento nace del anterior. De todas formas, no podemos poner los pecados de murmuración y envidia (los últimos del decálogo) en un estatus inferior a los de idolatría (los primeros del decálogo). Pues si repasamos el pasaje de la caída en el jardín del Edén, la desconfianza hacia Dios y el pecado original no hubieran tenido lugar si no fuera por la envidia y la murmuración de la serpiente.
El q simplemente ha hablado sin amor contra su prójimo no puede decir que es moralmente mejor que el satanista o el pedófilo, pues en definitiva todas esas faltas no son más que muestras de nuestro poco amor y nuestra poca confianza para con Dios, y como tal el pecado es siempre el mismo y equivalente es nuestra deshonra y lejanía de Dios.

Reflexiones cortas: Fanatismo

De veras que soy todo un fanático y un radical. Lo digo con sinceridad y sin arrepentimiento... y ojalá fuera más fanático y radical de lo que he sido hasta el día de hoy.
En verdad creo que la única vida plena y abundante es aquella que se entrega por completo a aquello (o aquél) que lo apasiona y es motivo de su adoración. Aquello por lo cual estamos dispuestos a desechar toda racionalidad y ética, e incluso desecharnos a nosotros mismos. Esa pasión que hace perdernos en aquella única causa que da sentido a nuestra vida entera, la justifica y puede justificar cualquier medio.
¿Es eso malo? ¿Es malo entregarse a tal pasión que justifique cualquier medio? ¿No es más cuerdo decir que el fin no justifica los medios?
Si fuera malo, la vida no tendría sentido. La pregunta correcta es la siguiente: ¿De qué (o quién) somos fanáticos?
Aquél que sigue al Señor, y busca con su vida amar como Él ama... ha de ser lo más radical posible y es libre de toda razón y de toda moral. No se esfuerza en justificarse ni en juzgar, pues sabe que es Él el único que justifica y juzga. No ve la necesidad de defenderle, pues sabe que es Él quien ha de defendernos. No busca dominar, pues sabe que es Él la única autoridad. No se cierra, sino que se abre, ama y entrega sin límites, sintiendo así comunión con quien nos amó y dio su vida radicalmente por nosotros.
¡No hay límites para Tu amor y nadie puede tomar Tú lugar! ¡Nunca me cansaré de adorarte, servirte y proclamarte, oh Señor Jesús, cada segundo de mi vida! Guíanos y sálvanos, Dios mío, de querer tomar tu lugar, de seguir a falsos dioses y, especialmente, de usar tu nombre en vano. Amén.

Reflexiones cortas: la sorpresa de la salvación

La certeza de la salvación defendida por Lutero y Calvino, confiados en las promesas salvíficas por la sola gracia y la sola fe, fácilmente pueden desvirtuar estas promesas y terminar convirtiendo la salvación inmerecida en un derecho.
Por una parte, el que se aferra a la letra de la Ley y a cumplirla con sus propias fuerzas, busca dominarla para negociar con Dios y exigirle su bendición, o bien para desligarse de Él y bastarse con la auto-justificación y juzgar a otros. Por otra parte, el que se aferra a la salvación por sola gracia y sola fe, confiado en que la salvación no se pierde y sin sentirse sujeto a la Ley ni al juicio de Dios, utiliza las promesas para dominar a Dios, exigirle su bendición y simplemente sentirse seguro en sí mismo y por encima de otros
La fe no es una cuestión binaria, blanco o negro, que se tenga o no se tenga. Uno puede tener más o menos fe, y es subjetivo hasta qué punto se puede decir que tenemos o no tenemos fe. La fe no es aferrarse lógicamente a una sistema de creencias ni a alguna autoridad u organización religiosa, sino que la fe es confianza y entrega plena a la persona misma de Dios. Mientras más fe tengo, se me hace más evidente que me falta fe. Al ver que mis acciones no se rigen por el designio de Dios y su amor, se evidencia mi falta de fe, por lo que efectivamente temo al juicio de Dios y no puedo más que rogar que me aumente la fe, pudiendo sentir consuelo al evidenciar que nos responde y nos ama por pura gracia.
Al final, la única certeza es que el juicio de Dios nos pillará por sorpresa y que los primeros serán los postreros. La salvación que podemos gozar hoy es la de tener un corazón alegre y agradecido por recibir su Palabra y seguirla, y poder gozar de sus dones inmerecidos, muchos de los cuales da sin condición tanto a buenos como a malos, tanto a salvos como a perdidos.

Reflexiones cortas: Salvación personal --> Salvación del mundo

La salvación personal es la relación misma que Dios ha entablado con nosotros en este mundo, mediante la fe, que es una gracia de Dios. Pero no nos ha salvado del mundo, sino que nos ha salvado para el mundo.

El único sentido de la salvación personal es la salvación del mundo, la misión y la instauración plena del reino de Dios que viene a nosotros. No es la salvación personal la que buscamos, sino la salvación del mundo. En la misión y lucha por la instauración del reino de Dios en Cristo Jesús es que gozamos, inconscientemente, de la salvación personal.

Es Dios el que instaura su reino y no nosotros. No debemos darnos tanta importancia ni sentirnos imprescindibles para la misión. Pero Dios, en su gracia, nos ha dado el privilegio de ser parte de su misión, disponiéndonos como instrumentos suyo. El ser instrumento de Dios no es un mérito para alcanzar a Dios. Al revés. Ser instrumento es la salvación misma que Dios mismo ha obrado en nosotros por su gracia. Es un regalo de Dios y el sentido de nuestra vida.

No existe comunión con Dios si ésta no es anticipo de la reconciliación, justicia y paz universal que tendrá el mundo y la creación toda bajo el reino de Dios. Y así, la santificación y las buenas obras, que nacen de la fe y son una gracia obrada por el Espíritu Santo en nosotros, son anticipos concretos del reino de Dios que viene.

Así mismo, la confianza en que el reino de Dios viene pronto, nos anima a entregarnos a la misión sin miedo y sin demora.

A Él solo sea todo el poder, la honra y la gloria, para que haya paz en nuestro mundo. Amén

Reflexiones cortas: Vocación

La palabra "vocación" es central en la fe cristina, y fue Lutero el que amplió su uso a toda la gama de oficios y profesiones, cuando solía restringirse a la vocación religiosa. No servimos a Dios solo en el templo, sino que somos llamados a servirle principalmente en el mundo.
Hoy se usa la palabra "vocación" para referirse principalmente a aquella labor a la que nos queremos dedicar, la que nos permitirá mayor autorrealización y felicidad en nuestra vida. Aquella labor en la que podremos manifestar la máxima expresión de nosotros mismos y de nuestros dones. Creo que es una corrupción del concepto, un uso desvirtuado que se centra en el propio ombligo. Tal vez sea más adecuada la visión de aquellos que consideran la vocación como aquella labor en la que mejor serviremos al prójimo, pero tampoco expresa correctamente lo central en cuanto a la vocación.
La vocación es, primero, un llamado personal de Dios mismo a servirle a Él en las labores de este mundo. Dedicarle lo que hacemos, sabiendo que en el prójimo es Él mismo quien se hace presente (independiente de si nuestro prójimo se lo merece o no). No trata tanto de nuestra profesión ideal, sino de la realidad en la que estamos insertos. No trata tanto del super trabajo por el cual se luchó exitosamente o del trabajo con el que se sueña con frustración, sino que trata del lugar real en el que Dios nos ha puesto hoy. En aquél lugar concreto, despojados de toda ensoñación y delirio de grandeza, hemos de dar el máximo de nosotros agradecidos de tener el honor de trabajar para el Señor, nuestro Dios, independiente de que sea un trabajo deseado o el trabajo más molesto y denigrante.
Vocación es aquél llamado divino e incondicional al servicio, centrado en Aquél que se dio incondicionalmente y que nos llama a imitarle.

lunes, 17 de abril de 2017

Entendiendo el Fundamentalismo

¿Qué es el Fundamentalismo? La palabra se ha vuelto una forma despectiva para referirse a cristianos conservadores y cerrados, fanáticos que postulan tener la verdad absoluta y buscan imponerla por cualquier medio. También terminó usándose para otras religiones, como para el Islam yihadista. Se usa de esa forma sin criterio alguno, por lo que me siento llamado (aún considerándome un fuerte opositor del fundamentalismo) a promocionar una revindicación del fundamentalismo, reconociendo la razón de su surgimiento y su éxito, así como el aporte que han hecho. El tema amerita un trabajo más serio, pero me atrevo de todas formas a esbozar acá un "pequeño" comentario.

El término surge incuestionablemente a principios del siglo XX por un movimiento cristiano que busca responder a la teología liberal que había tomado fuerza en el siglo XIX, aferrándose esta última a las ideas de la ilustración, negando la factibilidad de doctrinas consideradas fundamentales para la fe cristiana, como la revelación divina de la Biblia, la intervención sobrenatural de Dios en el mundo, la creación, la concepción virginal de Jesús, su muerte expiatoria en la cruz y su resurrección, así como cualquier tipo de milagro.

El fundamentalismo responde insistiendo en la interpretación literalista de las Sagradas Escrituras y en la re-afirmación de todas las doctrinas cuestionadas, basándose muchas veces del mismo racionalismo y academicismo de la teología liberal. Se puede reconocer el inicio del fundamentalismo tras la enunciación en 1910, por parte de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana de USA, de los "Cinco Fundamentos". Hoy, muchos fundamentalistas han dejado el término y prefieren referirse a sí mismos simplemente como "conservadores", pero yo admiro la valentía de quienes aún se atreven a llamarse a sí mismos fundamentalistas, a pesar de la carga negativa que la sociedad a puesto sobre el término.

A mí me gusta ver las distintas corrientes evangélicas y protestantes como hijas de las 3 principales corrientes que surgieron después de la Reforma: La "ortodoxia protestante" (un racionalismo influenciado por el renacimiento y que se centra en la defensa de la sana doctrina), la cual es criticada por el "pietismo" (un enfoque influenciado por el romanticismo que pone la fe por encima de la razón (fideísmo) y se centra en la vida piadosa), la cual da pie al surgimiento de la teología liberal (que ya mencioné y es un racionalismo influenciado por la ilustración y se centra en la ética de Jesús).
En Europa, la reacción crítica a la teología liberal se ve principalmente en la llamada "teología dialéctica" o "neo-ortodoxa", que yo también llamaría "teología post-liberal", que los fundamentalistas meten erróneamente en el mismo saco que la teología liberal.

Para mi el fundamentalismo es, innegablemente, una nueva expresión de la ortodoxia protestante. Así como el avivamiento pentecostal fue una nueva expresión del pietismo. Ambas surgen como defensa a la sana doctrina y como crítica al racionalismo, respectivamente. Lo que me llama la atención es el matrimonio que se ha dado entre el fundamentalismo y el pentecostalismo, pues el pentecostalismo original, lleno del fideísmo pietista, no podría soportar el racionalismo fundamentalista.

Esa fusión se debe en parte a que el pietismo original dio pie al surgimiento de muchos pietismos que ya no estaban cimentados en el fideísmo, sino en un moralismo religioso (como el Movimiento de Santificación). Así, ese "post-pietismo" moralista se alió con el fundamentalismo y logró que este último calara fondo en el pentecostalismo actual, y logró también el surgimiento del neo-pentecostalismo (una perfecta y servil inculturación del pentecostalimos al paradigma neo-liberal). Esto último llevaría, bajo mi apreciación, a la muerte del pentecostalismo original, o al menos a reducirlo a espacios muy pequeños.

Hoy vemos una confusa realidad con miles de expresiones que mezclan el pentecostalismo, el neo-pentecostalismo y el fundamentalismo, pero a lo que quiero apuntar en este "pequeño" comentario, es a que sepamos identificar las características que corresponden a cada uno, para poder valorar y criticar con más efectividad sus aportes. sus consecuencias y las razones que por las cuales surgen, habiendo aspectos tanto positivos como negativos.

Debemos des-demonizar el fundamentalismo, para poder entenderlo, criticarlo y aprender de él.

miércoles, 5 de abril de 2017

Sistema de Pensiones

En cuanto a la polémica de las pensiones y las AFP, me llama la atención como ha logrado aflorar la polarización ideológica de Chile. En general, con el inicio de las candidaturas presidenciales, las reformas de Bachelet, la nueva constitución...  aflora con fuerza una polarización ideológica, un fervor que yo esperaría que estuviera apaciguándose. Lo único que nos pone en el mismo saco y con una sola opinión, son los casos de corrupción, vergüenza y desilusión pública, aunque tampoco se logra mucho, pues la cosa igual depende de los corruptos.

Volviendo a las AFP. Me llama la atención como ambos polos, tanto los que apoyan las AFP como los que proponen un sistema de reparto solidario, funcionan bajo una lógica muy individualista.

Los que apoyan las AFP están aferrados a la idea del ahorro individual: cada uno es responsable nada más que de sus propios huevos y al que no le alcanza para la pensión es por su propia culpa. Buscan métodos para que todos sean más responsables y se acoplen al sistema, y los más abiertos piensan en un pequeño fondo solidario accesorio, pero el fundamento y principio sigue siendo el ahorro individual.

Los que hablan de un sistema de reparto solidario dicen algo que me gusta mucho: los más jóvenes son responsables de los mayores. Sin embargo, funcionan bajo la lógica de los derechos individuales, en un idealismo liberal e individualista en que el Estado se vuelve un ente abstracto e ilimitado del cual aprovecharse, y al cual terminan haciendo ineficiente. Es un idealismo poco responsable, que no se hace cargo de forma integral de los problemas de la sociedad, por ejemplo, del envejecimiento de la sociedad.

Me llama la atención como es que llenándonos la boca sobre la "Familia", nadie ha recurrido públicamente a la siguiente solución: Los hijos o nietos son responsables de sus padres y abuelos. Esto es fiel al mandamiento: "Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida..." (Ex.20:12; Dt.5:16; Mt.15:1ss) y a las palabras de Pablo "Reconoce debidamente a las viudas que de veras están desamparadas. Pero si una viuda tiene hijos o nietos, que éstos aprendan primero a cumplir sus obligaciones con su propia familia y correspondan así a sus padres y abuelos, porque eso agrada a Dios" (Tim.5:3-4).

Actualmente, un padre puede demandar a su hijo por manutención, pero en la práctica no se hace. El Estado debe dar solución a ese problema, de la siguiente forma:
- Tomar un rol fuerte de fiscalización, que obligue a los hijos a hacerse económicamente responsables de sus padres y abuelos;
- Guiar e invertir en un programa de adopción, junto a iglesias y organizaciones comunitarias, para que otras personas puedan hacerse cargo de ancianos sin hijos, u otros casos de fuerza mayor. (Iniciativas de este tipo ya existen). Esto debe ir de la mano con una mayor fiscalización, inversión y subsidio de hogares para ancianos;
- Eliminar la cotización por pensión, y que haya un fondo solidario accesorio que aporte un sueldo mínimo para jubilados, que se habría que discutir quiénes tendrían derecho a él. Este fondo debe mantenerse a través de las inversiones, y alimentarse de los impuestos.
- Mantener los APV, para quienes quieran ahorros individuales voluntarios y puedan llegar a mayores estándares de vida;
- Mayores beneficios sociales para los mayores. Por ejemplo, la salud y locomoción deberían ser prácticamente gratis para ellos.

Apoyo esta postura por lo siguiente:
- Simplifica el sistema, haciéndolo más eficiente y evitando intermediarios que se aprovechen del sistema.
- Por el concepto de familia, comunidad y justicia que promueve.  La sociedad debe entenderse como una familia, pero siempre sustentada en la fuerza de las familias nucleares y comunidades locales.
- Llama a la responsabilidad, que no es el caso de las AFP (la responsabilidad es solo para con uno mismo) ni del sistema de reparto (relega la responsabilidad al Estado).
- El problema de la "vejez digna" dejará de ser un distractor para el problema real: La inequidad y vulnerabilidad de las familias. La solución para lograr una buena vejez será atacar la vulnerabilidad de las familias y comunidades locales, fortaleciendo en general el sistema público y las redes.
- Promueve la natalidad, dificultando el envejecimiento de la sociedad.

Esta es mi opinión y propuesta como ciudadano y espero que la discusión pública deje de guiarse por cuestiones ideológicas y que realmente nos hagamos responsables de los problemas con  sinceridad.

Saludos y bendiciones.