sábado, 30 de agosto de 2014

Conflicto Israelí-Palestina: ¿Tratado de paz?

Nuevamente hago referencia al noticiero evangélico español www.protestantedigital.com, que también recomiendo para mantenerse informado de distintas cuestiones a nivel internacional. Este martes 26 de agosto se publica la noticia relacionada al acuerdo de tregua permanente de alto al fuego en Gaza: http://www.protestantedigital.com/ES/Internacional/articulo/18817/Israel-y-palestina-acuerdan-tregua-permanente.

Es para mí un gran alegría leer esa noticia, aunque me genera desconfianza el poco apoyo que parece tener tal medida en el Estado de Israel. Así mismo, me da desconfianza que haya tanto silencio al respecto en los medios de comunicación. ¿Es que de repente, después de ser tema de moda, se está dando un bloqueo mediático? También, en la noticia del martes, me llamó la atención que fuera un acuerdo tan solo con las milicias de Hamas, y no se mencionara nada relacionado al la liberación de Palestina como un Estado independiente. He ahí que también comparto la noticia del noticiero "el cuidadano" de este viernes 28: http://www.elciudadano.cl/2014/08/29/113213/segun-abbas-israel-acepta-un-estado-palestino-con-las-fronteras-de-1967/.

En esta noticia el presidente de la Autoridad Nacional Palestina asegura que el primer ministro israelí aceptó el establecimiento de un Estado palestino conforme a las fronteras de 1967. Sin embargo, el primer ministro de Israel ya ha recibido grandes críticas tan solo por el alto al fuego en Gaza.

¿Dónde está la presión internacional para que esta delimitación de fronteras sea efectiva? ¿Dónde está la presión para que las colonias judías salgan de territorio palestino? ¿Qué dicen las iglesias... se pararán en contra de las lecturas sionistas? Al menos yo, como un ciudadano más de Concepción, no he recibido mucha información al respecto y me parece sospechoso tanto silencio. Desde la distancia levanto una plegaria por la paz y la justicia en "Tierra Santa", esperando que "cristianos" no sigan mal usando nuestra confesión ni nuestra Biblia en contra de tales acuerdos de paz.

¡Shalom!

Lutheran World Information 8/2014: Palestina, Irak, Ecumenismo y varios

Entre las razones que me adhieren a la comunidad luterana están sus principios de vocación profética y vocación diacónica, según las cuales estamos llamados por Dios a anunciar su justicia, denunciar las injusticias de este mundo y entregarnos en servicio al otro. Junto a esto igual está el principio de la vocación democrática, pues todos somos iguales y los apóstoles discutían en asamblea las cuestiones (Hch.15) las elecciones para las tareas eran hechas por y el pueblo de Dios, como un todo y guiados por el Espíritu (Hch.6:1-7).

Como organización democrática, es muy importante mantenernos informados. He ahí la relevancia de boletines como el de la Federación Luterana Mundial (FLM) o Lutheran World Federation (LWF): el LWI (Lutheran World Information). LWI envía constantemente noticias a los correos electrónicos de quienes se inscriben (inscríbete), y acercándose el final del mes compilan las noticias en un boletín. Esta entrada empecé a escribirla a raíz de la edición del mes de agosto: http://www.lutheranworld.org/sites/default/files/LWI-201408-EN-low.pdf.

Pensaba resumir y comentar el contenido, especialmente lo relacionado al conflicto israelí-palestino, al conflicto en Irak y respecto al diálogo interdenominacional que ha realizado la FLM, pero creo que ya me demoré mucho. Así que les dejo simplemente los enlaces para que se inscriban e informen.

Inscríbete: http://www.lutheranworld.org//content/lwi-2014

¡Saludos fraternos y muchas bendiciones de nuestro Dios!

sábado, 23 de agosto de 2014

Conflicto Israel Palestina: Testimonio de la Comunidad Estudiantil Cristiana Israelí FCSI

No se sorprendan de que sea la tercera vez, en menos de un mes, que publico testimonios respecto a la ocupación genocida en Palestina. Ya publiqué la carta de pastores luteranos penquistas y este miércoles publique 3 reflexiones (D. Tutu, J. Fonseca y J.Stam). Hace décadas que el tema en Palestina es inaceptable, y no se ha hecho nada por la influencia sionista de USA, en nombre del cristianismo. Aquí que como cristianos somos especialmente responsables de ser signos de paz, y denunciar esas interpretaciones anti-cristianas.

Hoy me llegaron noticias del sitio español www.protestantedigital.com, relacionado especialmente a la Alianza Evangélica Mundial (WEA World Evangelical Alliance). En este sitio se publican noticias y reflexiones relacionadas al mundo cristiano, y a diferencia de muchos otros medios, no han dejado de hablar de este tema. El jueves publica un artículo titulado "Cristianos ante el conflicto: Se extienden actos de oración por Israel y por la paz". Se hace referencia a distintas iniciativas con distintas posturas, entre las que quiero destacar a la Comunidad Estudiantil Cristiana Israelí FCSI, en la que estudiantes judíos y palestinos siguen unidos a pesar del conflicto. Esta comunidad estudiantil cristiana está asociada a la CIEE (Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos o IFES del inglés), al igual que el GBU (Grupo Bíblico Univesitario) en Chile. Les dejo con la siguiente carta:
Queridos amigos

"Se oye un grito en Ramá, llanto y gran lamentación; es Raquel, que llora por sus hijos y no quiere ser consolada; ¡sus hijos ya no existen!" (Mateo 2:18).

"Empecé el día con lágrimas en los ojos..." así comenzó un correo electrónico de Nadar, que dirige la obra IFES en los territorios palestinos. Continua, "Oh Señor, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo debemos ver a nuestro pueblo sufriendo por violencia y terror? ¿Hasta cuándo debemos ver imágenes de niños heridos o muertos? ¿De mujeres y hombres con cuerpos destrozados? Las palabras se quedan cortas para describir el sufrimiento humano y la barbarie".

Nadar siguió hablando acerca de lo que siente al ver el bombardeo de la franja de Gaza, a la que describió como "la mayor prisión abierta del mundo, un gueto a falta de una palabra mejor".



Lloramos con él cuando oímos acerca del creciente número de muertes, muchos de ellos niños. Lloramos cuando vemos vídeos acerca de padres y madres llorando por sus hijos fallecidos, cuando vemos hogares destrozados y nos preguntamos dónde pueden ir estas pobres personas para estar seguras.

Muchos están refugiándose en las iglesias de Gaza, según nos relatan. Nos piden que oremos para que estas iglesias permanezcan seguras.

Nadar nos cuenta el impacto sobre el ministerio estudiantil: "Mientras les escribo estas palabras, recibí noticias acerca de uno de los muchachos que murió tras recibir un disparo en el ojo izquierdo el día de su séptimo cumpleaños. Este joven se había unido a nuestras actividades el año pasado, participaba en nuestro programa de evangelización escolar, se unió a la conferencia evangelística anual, a un viaje evangelístico y asistió a algunos seminarios.

"Pero le damos las gracias al Señor por proteger a Dina, miembro del comité, y a dos estudiantes universitarios que fueron atacados y casi recibieron un disparo de un militar israelí cuando estaban esperando un coche."

Hablé con Zaher, Secretario General de FCSI Israel. Quien también siente una gran carga por la paz. "Es un asunto difícil sobre el que escribir. El país está pasando por un período muy estresante durante este último mes. Estamos viendo más violencia y más odio entre árabes y judíos en Israel. Estamos escuchando a más gente apoyar las muertes del otro bando. Los árabes temen ir a las zonas judías y hablar en árabe, y viceversa. Las universidades y las escuelas del sur de Israel tuvieron que cerrar a causa de la situación y los estudiantes tuvieron que posponer sus exámenes.

"FCSI es un movimiento mixto que tiene árabes cristianos y judíos mesiánicos, por lo que los sentimientos se mezclan mucho en esta situación. Aunque no desarrollamos actividades durante el verano, el fin de semana pasado pudimos reunir al comité estudiantil (tanto de habla árabe como judía) y planificar el año que viene. Aunque los miembros asistentes tenían distintos puntos de vista políticos, pudimos orar juntos.

"En estas situaciones, FCSI subraya que somos uno en Cristo y, por tanto, podemos demostrarle a la gente que es posible vivir juntos."

Por favor, oren por paz esta semana. Oren por los poderes del mundo, para que tengan sabiduría para acabar con la violencia actual.

Oren también por Nader y Zaher, mientras luchan en esta volátil situación y animan a los estudiantes a mirar más allá del odio de generaciones hacia la Cruz de Cristo y que sean personas de la reconciliación. Oren por la seguridad del comité, los obreros y los estudiantes en Palestina. Oren por esperanza para los desesperanzados, los miles que perdieron sus seres queridos, sus hogares y sus trabajos. Oren por todos los que están sufriendo, para que busquen a Dios y que encuentren en Él su única esperanza y consuelo.

Gracias por sus oraciones.





Penny Vinden
Comunicación mundial | IFES




Fuente: http://us1.campaign-archive2.com/?u=5a0f7f0908df46b0b54cab07d&id=b370bb52fa&e=8d96b9c044

miércoles, 20 de agosto de 2014

Conflicto Israel-Palestina: D. Tutu, J. Fonseca y J. Stam

Siguiendo con el tema de la carta de los pastores evangélico-luteranos de la VIII región, Chile, comparto más reflexiones.

El nobel de la paz, Desmond Tutu, en una entrevista exclusiva para Haaretz, llama a un boicot global a Israel y urge a Israelíes y Palestinos a mirar más allá de sus líderes para encontrar una solución sostenible a la crisis en Tierra Santa. Lee sus mismas palabras en la siguiente página: https://secure.avaaz.org/es/tutu_to_israelis_free_yourselves/?1408540199.

Y termino esta entrada compartiendo la reflexión del pastor bautista Josué Fonseca, en la que también se comparte el enlace para ver la reflexión de Juan Stam:

¿Es Israel el pueblo de Dios? Por Josué Fonseca, 13 Agosto 2014

Respondo a la pregunta que me han repetido en estos días: ¿es el actual país de Israel el pueblo de Dios? La respuesta no es difícil, y es rotunda: no. Ahora viene la argumentación. ¿Por qué afirmamos que el país de Israel actualmente no es el Israel que se menciona en la Biblia? Veamos:

- El Israel bíblico es un pueblo, el Israel de hoy es un estado político;
- El Israel bíblico es un conglomerado humano que busca obedecer la Palabra de Dios dada en la ley, los escritos y los profetas, el Israel de hoy anda muy lejos de Dios;
- El Israel bíblico es un concepto incluyente que abarca a todos los creyentes, el país de Israel tiene una lógica excluyente;
- El Israel bíblico tiene sus definiciones en las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, el país de Israel se guía por el sionismo.

La nación de Israel hoy en día es un estado, fundado en las definiciones políticas e ideológicas derivadas de su constitución por la ONU en 1948. Se debe recordar que Palestina era una zona bajo administración británica hasta la Segunda Guerra mundial y que la Resolución 181 de la ONU estableció la partición de Palestina en 1947 y al año siguiente Israel se declaró independiente.

El actual Estado de Israel es el único país del mundo de religión judía, y de ideología sionista. El sionismo es un pensamiento fundamentalista que fomenta el protagonismo de Israel en la historia, defiende los derechos y los intereses de su población. El sionismo afirma la superioridad de los israelitas y busca una posición privilegiada en términos económicos y raciales. Está constituido también por una multitud de organizaciones étnicas, doctrinarias y secretas que se organizan para el control político, financiero y social. Gran parte del poder económico de Wall Street en Nueva York está controlado por grupos de poder sionista. Éstos han invertido mucho dinero para su propaganda en sectores evangélicos norteamericanos lo que muchas veces deriva en nuestros países. El territorio del estado israelita actual es de más o menos 20mil klms2, la mitad de la Región del Bio Bio.

¿Qué dice la Biblia? Leamos Romanos especialmente en capítulos 9, 10 y 11. En 9:6-8 que dice: “no todos los que descienden de Israel son israelitas”; y Romanos 9:30-31 dice que Israel no alcanzó la salvación, pero los gentiles sí, porque creyeron. La Biblia afirma que el pueblo de Dios está constituido por los creyentes en Cristo Jesús, es decir su iglesia, ésta es el nuevo Israel, el pueblo de Dios. Israel abandonó a Dios porque no creyó en Cristo. Los evangélicos que afirman que Cristo solo murió por el resto del mundo, pero no por los judíos quienes ya son hijos de Dios están enseñando una herejía inaceptable para la doctrina cristiana. Los israelitas necesitan el Evangelio igual que cualquier otro ser humano.

El estado actual de Israel no ha aprendido la lección histórica, han sido oprimidos y oprimen; han sido torturados y torturan; han sido asesinados y asesinan; han sufrido genocidio y cometen genocidio; han sido despojados de su tierra, y despojan de sus tierras a los pueblos; han sufrido por las armas, y ellos negocian con ellas; han sufrido por la ausencia de paz, y ellos fomentan la guerra. Oremos por la salvación y la paz en Israel, que haya un giro completo de la política internacional y que no haya más muertos. Dios tenga misericordia del país de Israel.

Recomiendo la lectura de los trabajos del Dr. Juan Stam en: http://www.elblogdebernabe.com/2011/10/tiene-israel-un-derecho-divino-para-el.html


Pr. Josué Fonseca, Mdiv
Primera Iglesia Bautista de Concepción.

sábado, 16 de agosto de 2014

15° La Iglesia: edificio y templo de Dios


En la última entrada pudimos ver cómo en 1Cor.3, Pablo habla de la Iglesia como labranza y como obreros, pero también dice que somos un edificio. Los términos relacionados a la construcción son muy usados por Pablo, quien constantemente dice que hemos de edificarnos los unos a los otros y estar bien cimentados (1Cor.14:12,26; Col.1:23-24; 1Cor.8:1; Ef.3:17,4:16). Y es en este sentido que se presenta la imagen del edificio como crítica ante las divisiones dentro de la comunidad, especialmente al entender que el fundamento sobre el cuál está cimentada la Iglesia es solo uno: Jesucristo (1Cor.3:11; Ef.2:20-22; Sal.118:22; Mt.21:42-44; Mr.12:10; Lc.20:17-18; Hch.4:11; 1Pe.2:4; Rom.9:33; Is.8:14). Jesús de Nazareth no solo es aquella roca firme que nos da vida y seguridad (Ex.17:5-6; 1Cor.10:4; 2Sam.22:2; Is.17:10), sino que será causa de fracaso para aquellos que la ignoran. Como dice Cristo mismo al terminar el sermón del monte:
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. (Mt.7:24-27; Lc.6.46-49)
Efectivamente es Cristo, su Palabra, su Espíritu, su Evangelio la base unificadora de la Iglesia, razón por la cual podemos decir que Simón es llamado Cefas o Pedro (piedra en arameo y griego respectivamente Mt 16:18; Juan 1:42). Simón Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, el Salvador (Mt.16:13-20; Mr.8:27-30; Lc.9:18-21), y en la versión de Mateo se especifica que luego de esto Cristo le dice: "sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos..." (v.18-19). El Padre pone la Buena Nueva en el corazón y boca de Simón Pedro y así lo hace parte de su edificio, así como hace con cada uno de nosotros al confesar a Cristo, haciéndonos ciudadanos de su Reino y dándonos la llave de la salvación. Nótese que al decir "sobre esta roca edificaré la Iglesia", Cristo ha de ser referencia a sí mismo, como Hijo de Dios. Como dice Pedro:
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: 'He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado'. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, 'la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo'; y: 'Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados'. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. (1Pe.2:4-10)

Pedro recoge muchos conceptos al rededor de la idea de la Iglesia como edificio, piedras vivas cimentadas en Cristo, la piedra fundamental. Por una parte habla de pueblo, linaje escogido y nación, similar a cómo se hace en Ef.2:11–22. No somos solo un edificio, sino que también somos una casa, una familia (1Tim.3:15; 2Tim.2:20; Heb.3:6) y un solo pueblo, una sola nación, parte de una misma ciudad celestial que se concreta en la vida comunitaria (Mt.5:14). En la estructura del edificio cimentado en Cristo, nadie es advenedizo, somo todos iguales y sin distinción somos llamados a ensamblar su templo en la tierra. ¡No somos solo edificio, sino que también somos su templo! Pedro lucha acá contra la religión judía del templo y los sacrificios, en que los sacerdotes hacían de intermediarios entre Dios y el resto. Como explica la carta a los hebreos, en Cristo es abolido el sacerdocio instaurado por Moisés, pues Cristo es el único intermediario entre Dios y nosotros, el único sumo sacerdote que realiza aquel sacrificio que nos santifica (Heb.3), y el sacrificio de nuestra parte es responder con el seguimiento, pero que en realidad no es sacrificio, sino que Gracia. Aquí se fundamenta la doctrina del sacerdocio universal de todos los creyentes. ¡Los cristianos somos un pueblo de sacerdotes, tenemos aquel real sacerdocio que es solo a través de Jesucristo, sin más intermediarios, y todos estamos llamados a proclamar esta gran virtud! Así pues, como templo y santuario vivientes de Dios, tenemos aún más certeza de que Él nos acompaña. Pues como templo, el Espíritu de Dios mora en nosotros (2Cor.6:16; Ef 2.21-22; 1Cor 3.16-17,6:19; Ap.21:3). El verdadero templo en el que habita Dios no son los edificios que construimos nosotros, sino que somos nosotros mismos como comunidad, nosotros mismos somos ese edificio, ese templo, ese santuario en el que habita El Señor.

En la siguiente entrada profundizaré en el concepto de la santidad, pero es importante entender que como santuario hemos sido purificados, así como Jesús purificó el templo de Jerusalén, echando a los que hacían de la religión un negocio, una estafa: "Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones. Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones" (Jn2:13-22; Mt.21:12-13; Mr.11:15-18; Lc.19:45-46; Is.56:7). Para ser fiel a aquella purificación es que Lutero protestó contra las prácticas y doctrinas de la iglesia romana medieval, cuando estafaban a los cristianos con las indulgencias, además de prohibir la Biblia, los himnos, las misas en lengua vernácula, etc., acorde a la idea de un Dios lejano que tiene a la jerarquía eclesial como intermediaria (ideas que al fin empiezan a cambiar en la iglesia romana con el Concilio Vaticano II).

Según Juan, ante tal arrebato de nuestro Cristo contra los cambistas del templo, le exigen una señal y Él responde: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré", agregándose luego: "Mas él hablaba del templo de su cuerpo" (Mt 26:61,27:40; Mr.14:58;15:59; Jn.2:19-21; Ap 21:22). Cristo es el templo, y con su resurrección y Espíritu levanta también a la Iglesia, que es su cuerpo, templo de Dios acá en la tierra, que también hace alusión a aquél templo en el que viviremos eternamente (2Cor.5:1-4). Se fortalece aún más la concepción de la comunidad de creyentes como un solo cuerpo con una sola cabeza, como un solo rebaño con un solo pastor, como ramas unidas a la única vid verdadera. La iglesia es un solo edificio con una sola piedra angular que es Cristo, pero también Cristo es el edificio mismo.

¡Oh, Señor! ¡Ayúdanos a ver que cada uno es una piedra viva de tu templo y debemos estar cimentados firmemente en el único fundamento, que es Cristo, tú Palabra! ¡Refrena la tentación de aquellos que quieren ponerse entremedio de ti y tu pueblo! ¡Como un solo edificio, crea la comunión y reconciliación entre todos aquellos que confiesan tu nombre! ¡Que tu Evangelio nos una más y más, dando señales de tu Reino y tu presencia en el mundo hoy! Amén.

viernes, 1 de agosto de 2014

14° La Iglesia: obreros y mayordomos del Señor


Aquí quiero profundizar en algo ya mencionado en la entrada anterior, en que hablamos de la Iglesia en términos agrícolas. Hice referencia a pasajes donde la Iglesia es un campo de trigo o una viña, pero al mismo tiempo se habla de la Iglesia como labradora u obrera de este campo o viña, así como otros oficios. El concepto de hijo de Dios como obrero tiene mucha relación a lo tratado en la entrada 8°, en la que decía que conforme a la misión evangélica hemos de reconocer a Cristo como Señor y Maestro. O sea, que somos sus siervos y discípulos y trabajamos en su misión. En la entrada 9° se habla de la Iglesia como ministros y embajadores de Cristo y en la 12° se hace alusión a los pastores. Todas ideas muy relacionadas a este tema, pues el concepto de obrero se relaciona especialmente con el ministerio ordenado, aunque todo cristiano ha de sentirse como obrero de su Señor y ha de trabajar en su viña, sea en lo religioso o en lo civil. También aprovecharé de presentar al cristiano como un mayordomo responsable, que siendo algo distinto sigue estando bastante relacionado. Finalmente destacaré la parábola de los obreros de la viña, porque me gusta mucho. Finalmente destacaré la parábola de los obreros de la viña, porque me gusta mucho.

Leamos 1Cor.3, que dice:
Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
(1Cor.3:4-11)
Ante la actitud sectaria dentro de la comunidad de Corinto, en que los cristianos se dividían conforme a cuál apóstol o misionero se apegaban, Pablo usa la imagen del obrero del campo y de la construcción para dar a entender que el único Señor es Dios, y que es Su Palabra la que actúa, y todos hemos de labrar juntos, crecer y sobreedificar en base a Cristo. Y en 2Tim.2 exhorta a ser un obrero aprobado, diciendo: "el labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero" (v.6), "procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (v.15) y "porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido" (v.24). ¡No seamos como los obreros malvados (Mc.12:1-12; Lc.20:9-19)!

Aprovechando todavía el lenguaje agrícola, podemos hacer referencia a la parábola de los talentos (Mt.25:14-30; Lc.19:11-27), según la cual hemos de rendir cuentas al Señor de lo diligentes que hemos sido, cada uno por su cuenta (Rom.14:4). El Señor le responde al siervo diligente: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (Mt.25:21). En cambio, había uno negligente que no se arriesgó ni trabajó los talentos o dinero dados por Él: "porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Entonces [El Señor] le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré" (Lc:19:21-22). Esta parábola es la principal para hablar de la mayordomía, que se basa principalmente en el hecho de que todo le pertenece a Dios y nosotros no somos dueños de nada. He ahí la gran ofensa del negligente, que no quería que el Señor tomara lo que efectivamente era suyo ni que segara lo que efectivamente sembró. El trabajo y la mayordomía son características de la especie humana, viéndose en Gen.2:7-8; 1:26-30 que Dios nos creó para trabajar, administrar y cuidar de su creación, para hacernos responsables de su creación sabiendo que somos parte de ella, siendo todos parte de un todo, y que la creación no es nuestra, sino que de Él y para todos. La Ley de Moisés también se preocupa por el descanso de la tierra y los animales (Lev 25:2-7; Ex 23:10-13; Ex.20:8-11; Dt.5:12-15), dejando claro que los males de la tierra son por culpa del pecado humano (Gen.3:17-19; Os.4:1-3; Jer.14:1-6; Is.24:5-6) y que en general tenemos una conexión especial con la creación entera, que será completamente restaurada por Dios (Gen.2:7; 4:10; Rom.8:19; Ap.21:1).

La parábola de los talentos está antecedida en Lucas por el encuentro de Jesús con Zaqueo, cobrador de impuestos corrupto que se arrepiente y da sus bienes a los pobres (Lc.19:1-10), y en Mateo la parábola de los talentos está junto a la de las diez vírgenes (Mt.25:1-3), que también plantea nuestra responsabilidad ante el tiempo y bienes limitados, terminando el capítulo con el juicio de las naciones (Mt.25:31-46), señalando que el gran principio que ha de regir la administración en general es la justicia para con los necesitados.

En fin, la mayordomía es administrar con justicia y se aplica tanto a lo económico como a lo ecológico y al tiempo, a nuestros dones y a todo lo que esté bajo nuestro control, sabiendo que todo aquello pertenece realmente al Señor, que al final nos pedirá cuentas.[1]

Habiendo presentado el concepto de mayordomía, vuelvo al fin a aquella preciosa parábola, que dije que me gustaba tanto:
Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.
(Mt.20:1–16)
El Reino de los Cielos no se rige como nuestros reinos, y el Evangelio siempre trastoca nuestras expectativas. En esta parábola se destaca nuevamente el señorío de El Señor, pero se destaca principalmente su justicia. Hemos de tener claro que la dádiva de Dios es gracia suya, y nos la regala sin ningún mérito nuestro. Así como en la vida de los primeros cristianos (Hch.2:45,4:35), vemos una justicia que no se basa en el mérito, sino que en la necesidad. Nuestra necesidad existencial es la comunión con nuestro Padre y nuestros hermanos, y recibimos su Santo Espíritu de vida. Al vivir conforme a aquel Espíritu, obrando bien, no debemos sentir que merecemos algo más, sino que hemos de decir: "lo que debíamos hacer, hicimos" (Lc.17:7-10). Por otra parte, el patrón va constantemente a buscar más y más obreros, preocupado de que no estén desocupados y sin sustento, pues en su viña hay más lugar. Recordamos igual cuando Jesús dijo a sus discípulos: "a la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies" (Mt.9:37-38; Lc.10:2; Jn.4:35-38).

Así, cuando el Señor se dirija a nosotros, cuando escuchemos su Palabra, respondamos con júbilo: ¡Anhelo trabajar por el Señor... y el que quiera trabajar, hallará también lugar, en la viña del Señor!



[1] Otros pasajes relacionados a la mayordomía: Lc.12:13-48, Lc.16; 1Cor.4:2; Pr.3:9; 2Cor.8:1-8

13° La Iglesia: campo, trigo y viña del Señor

Volverán y se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid; su olor será como de vino del Líbano.
(Oseas 14:7)
Así como la ganadería, la agricultura también era un pilar fundamental de la economía y cultura del Israel bíblico. Se usan términos de la agricultura para explicar muchas cosas, entre ellas la Iglesia. Sin embargo, las referencias a la Iglesia en términos agrícolas son mucho menos coherentes y muchas más que las referencias en términos ganaderos que, como vimos en la entrada anterior, calzan todas con la profecía en Ezequiel 34. Los término agrícolas se usan, más que para hablar de la Iglesia misma, para profecías y parábolas relacionadas a la segunda venida de Cristo y al Reino de los Cielos, que suelen estar fuertemente ligadas al calendario luni-solar de los hebreos, marcado por las fiestas agrícolas. Por todas estas cosas es que no podré abarcar el tema en su totalidad, intentado señalar resumidamente la mayor cantidad de ilustraciones, rescatando lo esencial en el espíritu de esta serie.

Las 7 fiestas anuales (Dt.16:1-17; Ex.23:14-17, 34:18-24; Lev.23; Nm.28:16-29:40) se separaban en dos épocas:
  • época de siega: fiesta de Pascua, Panes sin levadura, Gavilla mecida de las primicias y Pentecostés
  • época de cosecha: fiestas de Trompetas, Día del perdón y fiesta de los Tabernáculos.
Ya sabemos que las fiestas de la siega calzan con los eventos de la muerte y resurrección de Cristo, y con la promesa del Espíritu Santo. Sucesos del libro de Apocalipsis y de varios profetas del Antiguo Testamento se estructuran en relación a este ciclo, haciendo eco con varios pasajes de los evangelios. Por ejemplo, cuando se habla de “gran tribulación”, se entendía como “gran trilla”. Trillar no es otra cosa sino triturar en el suelo las gavillas del trigo o cebada para separar el grano de la paja, y en latín se decía tribulare, palabra de la cual proviene “tribulación”. Hoy todos estos pasajes nos son complejos, pero habrá sido muy simple para la gente humilde y de campo a la cual se dirigían (Lc.12:56, 21:29-30; Mt.16:2-3; Stgo.5:7), quienes dependían de la tierra y del clima, viviendo aquella profunda conexión con la creación (Gen.2:7). Me gustaría aprender más acerca de aquella cultura agrícola hebrea, para entender más aquellos pasajes.

Todavía haciendo referencia a las fiestas agrícolas, se dice que luego de Pascua y la muerte de Cristo, su resurrección coincide con la gavilla de primicias (primer cereal que se segaba, generalmente cebada y después venía el trigo), lo que hace alusión a su primogenitura y que nosotros también resucitaremos. Se habla igual del Espíritu Santo como primicias de lo que ha de venir y que hemos de ser primicias de la creación (1Cor.15:20-23; Rom.8:22-23,11:16; Stgo.1:18).

Por lo general, en casi todas estas ilustraciones, se relaciona a la Iglesia con el campo de trigo. Eso se ve con claridad en la parábola del trigo y la cizaña (Mt.13.24-30,36-43). Dios planta el trigo (sus hijos), pero entremedio aparece la cizaña, la hierba mala, “y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Aquí vemos que en el mundo convivimos crédulos e incrédulos, pero que será el Padre que en su tiempo juzgue. Así mismo, esta parábola da pie a la idea luterana (herencia agustiniana) del corpus permixtum, en que la comunidad cristiana, la iglesia visible, tienen tanto cristianos verdaderos como aparentes. Pero no hemos de distinguir nosotros ni hemos de juzgar, sino que hemos de ser pacientes (Stgo.5:7) y entregados con todos, para que seamos como nuestro Padre “que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mt.5:45).

Respecto al trigo, también recordamos que Jesús dice a sus discípulos: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (Jn.12:24-25; Mt.16:24-25; Lc.14:26-27). Y de forma similar habla la parábola del sembrador (Mt.13:1-9, 18-23; Mr.4.1-9,13-20; Lc.8.4-8,11-15), según la cual hemos de escuchar efectivamente la Palabra, ser fieles a ella en la dificultad y renunciar a la vida que ofrece este mundo, para que demos fruto. El Evangelio nos exige conversión y buenas obras, frutos que ayuden a esparcir su Palabra (Mt.7:15-20; Lc.6:43-44) (Lc.13:6-9) (Mt.21:19; Mc.11:13-14) (Ti.3:14) y dice que “cosecharemos lo que sembramos” (Prov.20:4, 22:8; Os.10:12; Gal.6:7; 2Cor.9:6-7), pero tengamos claro que el crecimiento y el fruto son obra del Señor (Mc.4:26-29; 1Cor.3:6-9; 2Cor.9:8-15) y que nosotros somos como tierra seca sedienta de su Palabra (Is.44:3-4, 55:10-11; Sal.63:1, 143:6). Tanto la parábola del sembrador, como la del trigo y la cizaña, se encuentran en Mateo 13, capítulo en el que Jesucristo predica el Reino de Dios a través de estas y más parábolas, como la parábola de la semilla de mostaza (Mt.13:31-32; Mr.4.30-32; Lc.13.18-19), la parábola de la levadura (Mt.13:33; Lc.13:20-21), la parábola del tesoro escondido en el campo (Mt.13:44) y otras que ya se escapan del tema, aunque siguen apegadas a los oficios comunes de la gente y a entregarse por completo al Evangelio.

Profundizando todavía en los frutos que hemos de dar, comparto las siguientes palabras:
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. […] Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. […] En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor […] Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
Este pasaje se engloba en el discurso final de Jesucristo en el evangelio según Juan, junto al cual también celebra su Última Cena y habla sobre el discipulado (entrada 8°). Esta ilustración es símil a las que hemos visto en las últimas 2 entradas, en que el cuerpo ha de estar unido a su cabeza y el rebaño guiado por su pastor… acá las ramas o pámpanos solo han de dar fruto si están unidos a la vid: Jesucristo.

La imagen de la vid verdadera da un sentido distinto a varias imágenes ya usadas en otros pasajes. Habla de una vid, siendo que se suele hablar de viña. Dice que el Padre es el labrador, aunque en más de una parábola el Señor de la viña tiene labradores, entendiéndose muchas veces que los que trabajan en la Iglesia somos los obreros de su viña (Mt.20:1–16) o de su campo de trigo (Mt.9:37-38; Lc.10:2; Jn.4:35-38). También se usan estos conceptos para referirse a cómo la nación hebrea rechazó los preceptos de Dios y a Cristo, dejando Dios de cuidar su viña (Is.5:1-7) y quitando la viña a los labradores malvados para dársela a otros (Mc.12:1-12; Lc.20:9-19). Siguiendo con este tema, en Juan 4:35-38 dice Jesús en Samaria (que no era considerado parte de Israel) que “os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores” (v.38) “para que el que siembra goce juntamente con el que siega” (v.36), pudiéndose entender que habla de cómo hemos sido injertados en la descendencia de Abraham (Rom.11:11-24) (entrada 6°). En aquel pasaje de Romanos, Pablo aporta más ideas a la imagen de la vid verdadera, aunque por el contexto cultural habla de un olivo en vez de una vid. Agrega que “si la raíz es santa, también lo son las ramas” (v.16) y que “no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti” (v.18).


¡Oh Señor! ¡Ayúdanos a entender con cuánta riqueza nos hablas en la Biblia, y la conexión especial que tenemos con la naturaleza! ¡Ayúdanos a comprender la multitud de consejos en tus Escrituras, y a no caer en falsas interpretaciones! ¡Ayúdanos a esperar con paciencia tu segunda venida, dando fruto y entregándonos al mundo entero! ¡Ayúdanos a mantenernos unidos a ti, nuestra única vid verdadera! Amén.