lunes, 27 de julio de 2015

La realidad demanda un evangelio

FuenteUn blog mas de teología. ANTE LA CRUZ DE LA SOLIDARIDAD TODOS SOMOS INFANTES.


La realidad demanda un evangelio.


¿Se imaginan a Jesús hablando en quechua?, ¿o en chino mandarín?.
¿Qué tal si su encarnación hubiese sido una comunidad mapuche? o, ¿en una comunidad germana?
Mas allá de las concepciones televisivas que tenemos de Jesús, rubio, cabello largo (cosa incoherente, puesto que en ese tiempo el pelo se usaba bien corto) y bien nutrido, y bastante joven. Que nos hacen creer en un Jesús bastante alejado de lo que podría haber sido realmente el Jesús histórico.
Pero yendo por sobre estas discusiones sobre su aspecto, cosa que los evangelistas (Mateo, Lucas, Marcos y Juan) tampoco le interesan, cabe preguntarse, ¿cuál es la importancia de Jesús? La importancia de Jesús radica en su mensaje.
El mismo como mensajero de Dios, el mensaje de Dios se hace carne, y toma forma humana, Jesús.
Volviendo a las primeras preguntas: ¿qué pasaría si este mensaje encarnado hubiese nacido en otra parte?
Esto se esta volviendo como una teología ucronica, una teología del que hubiese pasado si.
Y, mas que llegar a suposiciones, mi interés es sucintar la necesidad de la contextualización del mensaje evangélico.
Y es que este mensaje no puede quedar en los convencionalismos establecidos hegemónicamente por un grupo de pensadores de determinada época, y trasvasijarlos a nuestros contextos como un mero líquido.
Estos elementos en constante tensión, contexto y mensaje, han de producir el evangelio que hemos de vivir y reproducir, o recrear.
Esta entrada tiene esa idea, quizá mas adelante la mejore, pero al menos dejar planteado el problema de contexto y mensaje, y la tensión creadora, o, porque no, destructora, que se produce entre ambos.

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