miércoles, 21 de junio de 2017

Evangelio según Pastor Soto

1 y Jesús se fue al monte de los Olivos.
2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
5 ¿qué hacemos con ella? ¿qué dices?
6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: En la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Como está escrito: "Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos." ¡Tomen sus piedras!
8 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, preguntaban: Maestro, ¿y qué hay del varón que también calló en adulterio?
10 Y Jesús, con toda autoridad, no como los fariseos y maestros de la ley, repitió: ¡Tomen sus piedras y hagamos la justicia que reclama Dios! ¡No inciten la ira de Dios, que pronto os castigará con un gran terremoto!
11 Tomaron las piedras y unánimes las lanzaron a la adúltera y le dieron muerte, haciendo justicia y satisfaciendo las demandas de Jehová, nuestro Dios. ¡Gloria a Dios!¡Gloria a Dios!¡Gloria a Dios!

Del Evangelio según Pastor Soto 8:1-11.
#Teoficción

1 comentario:

Luis Inostroza Jara dijo...

Me parece excelente mencionar al varón adúltero en esta narración (ya que en el evangelio aparece invisibilizado). La justicia y el amor es para todos y todas. Qué pena que en sectores de nuestra sociedad se vean más horribles las faltas de la mujer que la de los hombres, porque se usan los lentes del prejuicio machista.


Tomé, Luis.