miércoles, 20 de abril de 2016

In memoriam: Carmen Irene Vey Müller de Werlinger (12/5/1926-3/4/2016)

Estimados,

A principios de este mes tuvimos en mi comunidad evangélica luterana la perdida de una miembro destacada en nuestra historia.

Publicamos al respecto en el diario El Sur: http://www.elsur.cl/impresa/2016/04/10/full/cuerpo-principal/19/

Aprovecho de compartirles acá una versión un poco más amplia:

Irene Vey ha partido el 3 de abril de este año. Ella deja un dolor y un vacío en el corazón de su familia, amigos y de quienes la conocimos y la recordamos como una mujer valiente, coherente con sus ideas  que en ciertas oportunidades pusieron en riesgo su propia integridad y particularmente colaboradora con su Iglesia.
Irene  fue un testimonio vivo de solidaridad. Desde que llegó a nuestra Congregación, en la década de los 70, desarrolló una incesante labor de apoyo a los más necesitados, comprometiéndose a cabalidad con cada uno de los proyectos en los que se involucró.
Su llegada a nuestra Iglesia coincidió con uno de los momentos más difíciles por los que ha atravesado nuestra Congregación y nuestro país. En ese entonces, luego de la escisión de la Iglesia Evangélica Luterana de Concepción de su símil nacional, Irene Vey respondió sin dudarlo a la solicitud que se le hizo de trabajar codo a codo con la Iglesia Católica en defensa de los derechos humanos. Durante un largo período de tiempo, cumplió en ese ámbito una importante función. Luego entusiasmada con seguir apoyando la labor que la Iglesia efectuaba a través de sus proyectos sociales, ingresó al Directorio de la Congregación y centró su actividad en el proyecto de “Apadrinamiento”. Junto a otras personas desarrolló un hermoso trabajo canalizando ayuda  que provenía desde “padrinos  alemanes” para atender a niños enfermos de cáncer o desnutridos.
No contenta con esta labor, Irene también participó en el proyecto de nuestra Congregación “Trabajo para un hermano”; colaboró con la mantención de un comedor para estudiantes universitarios de bajos recursos y durante diez años, desarrolló un interesante trabajo con el centro de madres de la Iglesia San Pablo en Hualpén, entregándoles capacitación en ciertas tareas que les permitirían mejorar su calidad de vida.
Sus recuerdos son imborrables. No deja de sorprendernos todo lo que contribuyó a nuestra Congregación, sin hacer alarde de ello. Siempre la recordaremos como una mujer ejemplar, con una sonrisa en sus labios, con su especial sentido del humor y su compromiso con Dios y con los seres humanos que la necesitaran. Aunque estamos tristes ante su partida, damos infinitas gracias a Dios de habernos enviado a una hermana tan generosa y que tanto sirvió lealmente a la causa del Señor.
Querida Irene, que descanses en paz. ¡Siempre serás un ejemplo para nosotros!
Iglesia Evangélica Luterana en Concepción, Congregación Martin Luther.

1 comentario:

Xime dijo...

La conocí... Y nuestro último encuentro fue en su hogar con el también fallecido Helmut Frenz... Su entrega y su ejemplo en la lucha diaria por la dignidad humana es lo que nos queda y mientras los sigamos ellos vivirán en nosotros... Irene que tu viaje hacia luz sea en completa paz, hasta encontrarnos...