domingo, 4 de mayo de 2014

4° La Iglesia y la Biblia


Ya hemos hablado de la Iglesia como la comunidad de creyentes, pecadores sanados por el Evangelio. La recepción y confesión del Evangelio nos lleva a una nueva vida en el Espíritu Santo, que nos une a todos los que creemos. Podemos recepcionar el Evangelio de la predicación de un cristiano, pero es relevante acudir siempre a la fuente, que es la Biblia. La Biblia nos habla de Dios, tal como se reveló en la historia del pueblo de Israel y como se reveló plenamente en Jesucristo, según el testimonio de sus primeros discípulos. En ella encontramos el Evangelio genuino y en sus palabras encontramos la acción del Espíritu. Entonces, es la Biblia y sus Sagradas Escrituras la guía según la cual nos regimos, que transmite aquella revelación divina común, considerada por la Iglesia como Palabra de Dios. Es revelación porque Dios, que es completamente indefinible e invisible, es transmitido y mostrado a través de lo oíble y visible.

Esto es tal vez lo más cuestionado de la fe cristiana, pero para mí es una de las cosas más relevantes, por lo que esta entrada será más extensa y con seis apartados: Canonización, Inspiración, Propósito, Pluralismo, Palabra de Dios y finalmente la Conclusión. No soy un experto de estos temas ni los presentaré de forma exhaustiva.

CANONIZACIÓN

La palabra "Biblia" proviene de una expresión reducida del griego que significa 'los libros sagrados', y es efectivamente una recopilación de varios escritos desde el siglo XV a.C. o X a.C.[1] hasta fines del siglo I d.C., escritos originalmente en arameo, hebreo o griego. El contenido de muchos de estos libros se basó en la antiquísima tradición oral y escrita del pueblo de Israel, que distintas personas consolidaron defendiendo aquella fe que le había sido conferida a su pueblo. Así mismo, las primeras comunidades cristianas, al notar que la misión tomaría muchas generaciones más y que aparecían versiones poco fiables de la Buena Nueva, escribieron lo que habían recepcionado de los testigos oculares de Jesús y juntaron los textos de los apóstoles. Pero la cosa no fue tan sencilla, pues algunos textos eran validados por unos y por otros no.

Antiguo Testamento

Entiendo que la recopilación que hoy conocemos como Antiguo Testamento fue canonizada como tal cerca del año 70 d.C. por los judíos en el concilio de Jamnia, conociéndose como Tanaj o Canon Palestinense. Esto porque habían varios canones distintos y se le dio más relevancia al de Palestina, y hasta hoy hay grupos judíos con canones distintos. El canon hebreo que adoptó la Biblia, el palestinense, tiene 39 libros (dependiendo de cómo se subdividan) categorizables de la siguiente forma:
  • La Torá (תּוֹרָה), ‘Instrucción’ o ‘Ley’, llamada por los cristianos como Pentateuco o libros de Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio)
  • Los Nevi'im (נְבִיאִים), los Profetas Anteriores (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) y Posteriores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y los 12 profetas menores)
  • Los Ketuvim (כְּתוּבִים), ‘Escritos’, que corresponden principalmente a libros poéticos y de sabiduría, aunque algunos igual son históricos (Rut, Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Lamentaciones y Daniel)
A este canon, la iglesia católica-romana le agregó 7 libros del canon judío-helénico (con escritos más tardíos que el palestinense), que los protestantes podemos considerar constructivos pero no sagrados ni canónicos, por lo que los llamamos "deuterocanónicos". Si vamos para oriente, veremos que hay canones más amplios.

Nuevo Testamento [2]

Respecto al Nuevo Testamento, cabe decir que todos sus libros fueron escritos entre los años 40 y 100 d.C., que fueron canonizados en un largo proceso de casi cuatro siglos, en base a consensos de cristianos de diversos lugares y tradiciones y no de forma arbitraria por un concilio romano cerrado, como muchos detractores tratan de hacerlo ver.

Los mismos textos bíblicos de diversos autores se dan categoría de "Escrituras" entre sí en lugares como 1ª de Timoteo 5:18, donde Pablo cita como escritura tanto un texto del Antiguo Testamento como una cita del Evangelio según Lucas. También Pedro da tal autoridad a las cartas de Pablo (2Pedro 3:15-16). También se citan de forma similar los escritos apostólicos en otros escritos cristianos entre el siglo I y IV (=paleocristianos), como en Didaké, la Carta de Clemente de Roma a los Corintios, las Epístolas de Ignacio a las siete iglesias, cartas de Ireneo de Lyon y registros de los patriarcas de la Iglesia, entre otros. Fue un tema muy relevante para las comunidades del siglo I, el poder tener las palabras de los apóstoles con ellos, pues paralelamente surgieron grupos que alteraban el mensaje o se basaban más en manifestaciones carismáticas, y prontamente nace la necesidad de definir qué libros se han de considerar sagrados. La definición más antigua del canon bíblico que se conoce, sería el Canon Muratori (fines del s. II)., muy parecido al canon que tenemos hoy. Se presentan varios otros canones tanto en el siglo III como el IV, teniendo hasta hoy el canon definido el año 367 d.C. bajo la autoridad del obispo Anastasio de Antioquía, aunque hubieron ciertas discusiones inconclusas. Por ejemplo, aún hoy hay iglesias como la etíope que incorporan otros libros al canon, como cartas de Clemente y la Didascalia. Fue un proceso prolongado y aún así fiel a sus inicios en el siglo I. Los criterios usados para considerar sagrada una escritura era:
  • Antigüedad: Los escritos debían haber sido escritos en tiempos cercanos a la época de Jesús y sus Apóstoles (o sea, del s. I)
  • Apostólico: Los escritos deben haber sido escritos por un Apóstol (por ejemplo Pablo) o un compañero de los apóstoles (Por ejemplo Lucas, Marcos). [3]
  • Católico: La palabra griega quiere decir "Universal", y se refiere aquí a que debía ser un texto de uso generalizado (universalmente aceptado) entre las iglesias.
  • Ortodoxo: El libro debía estar en armonía con el resto de textos neo-testamentarios.

INSPIRACIÓN

¿Cómo sostener que estos libros son inspiración divina? ¿Qué tipo de inspiración? Ya he mencionado que lo central para mí es la convicción de que Jesucristo es revelación plena de Dios, y ese es mi punto de partida. No solo son sagradas las palabras de Él y sus apóstoles, sino que también los escritos que Él enseñó y consideró inspirados. O sea tanto Nuevo como Antiguo Testamento. En este apartado quiero remitirme a algunos ejemplos de lo que la misma Biblia dice de su misma inspiración, y en el apartado anterior ya hay algunos ejemplos.

Respecto a Moisés, dice el pentateuco que Dios le habla visiblemente a través de manifestaciones extraordinarias de la naturaleza. Los mandamientos le fueron dados luego de extensos viajes al Monte Horeb del Sinaí, y dice que Moisés recibió las tablas de piedras escritas por Dios y que escribió lo que Dios le había dicho (Éxodo 17:14,24,31:18). Similar es con profetas como Jeremías, a quién Dios le habla y pide escribir lo oído (Jer.30,1-2).

Hay varios casos en que se habla de visiones o sueños, por ejemplo el caso del apocalipsis de Juan (Apocalipsis 1:9-20), de las profecías de Daniel (Dn.7:1) o la visión que tuvo Pedro (Hechos 10:9-17).

Pero también hay casos más sobrios, en que dicen ser claramente investigación histórica o lo transmitido por los testigos oculares de los acontecimientos (Jn.16:12-13; 1Pe.1:10-12; 1Jn.1:1-4). Algunos libros son obras artísticas, tratándose igual como palabras dadas por el Espíritu Santo a los artistas, como dice Jesús de un salmo de David (Mt. 22:43). Y así se dice igual de muchos profetas, al igual que de los apóstoles (Jn.16:12-13; 1Pe.1:10-12), como también dice 2Pedro 1:16-21:
Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
También muy citado es 2°Timoteo 3:15-17:
y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Uno puede preguntarse... ¿por qué no se revela hoy de la misma forma? Yo creo que todavía lo hace de alguna u otra forma. Tal vez no tanto como antes debido a los cambios culturales, pero ya nunca será de forma plena como en Jesucristo. Dios puede darnos revelación y hay gente hoy que dice tenerla, ¿pero cómo saber si es fidedigna? Como Iglesia lo importante es remitirse a Jesús y al legado apostólico, y considerar a la Biblia como única revelación a la cual aferrarse con autoridad. Esto último es lo que la tradición evangélica-protestante llama "Solo Biblia" o "Sola Scriptura", poniendo a la Biblia como autoridad por encima de toda jerarquía religiosa o manifestación carismática, declarando que la única forma en que el pueblo puede ser libre, es que la Biblia sea accesible para todos (leer más de las "solas" de Lutero).

PROPÓSITO

En citas de apartados anteriores ya leímos referencias al porqué de las escrituras: prepararse para actuar bien, dar a conocer el poder de Jesús y la verdad, ser sabio y obtener salvación... pero lo que me parece más concluyente es lo siguiente:
Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. (Juan 20:30-31)
Como también dice Pablo en Rom.1:17:
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
La Biblia no busca ser un registro histórico preciso, sino que simplemente busca dar a conocer a Cristo, por medio de quien obtenemos la vida que Dios nos regala. La "verdad inspirada" se trata de una verdad para el corazón y para la recepción del Espíritu de Dios en nuestras vidas. Así mismo, muchos pasajes pueden ser vistos como relatos sin ninguna base histórica, pero de todas formas inspirados, como lo señalaba en el apartado anterior, teniendo que rescatar el mensaje divino que traen más que defender una supuesta "inerrancia bíblica" (recomiendo ver cómo trata Daniel Erlander el concepto de "verdad" en el segundo capítulo de su catequesis "bautizados vivimos").

Claro que cada libro de la Biblia tiene sus particularidades y propósitos específicos, pero diría que en general y lo más relevante es lo ya expuesto.

PLURALISMO

Si bien se considera que lo escrito es guiado por el Espíritu Santo y es verdad, no deja de ser escrito por personas que no pueden desprenderse de su humanidad, de su cultura y su contexto. Dios mismo no nos exigió subir a Él y relacionarnos con Él en lengua angelical, sino que Él bajo a nosotros y en Jesucristo se hizo como nosotros y habló como nosotros. He aquí una riqueza de la Biblia, que muestra un Dios que se revela de forma particular en distintas partes de la historia y a personas distintas. Si vemos los cuatro evangelios, están escritos en órdenes distintos, con énfasis distintos y en ocasiones con detalles aparentemente contradictorios. Esto es no solo porque cada uno de sus discípulos tuvo una experiencia distinta de Él, sino que también porque los receptores de los textos tenían culturas y necesidades distintas, y porque el tiempo fue cambiando los énfasis teológicos.

Si vamos al Antiguo Testamento, vemos disputas teológicas entre libros y a veces dentro de un mismo libro. Pasajes que defienden la monarquía y otros que la critican, pasajes que predican la "doctrina de la retribución" y otras que la reemplazan por la misericordia de Dios (que es la que muestra Jesús), pasajes nacionalistas y otros universalistas, etcétera. Si vamos a los capítulos 1 y 2 del Génesis, vemos dos relatos distintos de la creación con un orden distinto y con mensajes distintos. El método histórico crítico propone que Génesis, al igual otros libros del A.T., es una recopilación de distintas tradiciones hebreas que probablemente pugnaban entre sí, pero que en el fondo se complementan para mostrar de forma más rica a Dios. Eso me hace mucho sentido y se puede notar sin ser experto, con una lectura atenta. Viendo lo común y lo distinto de los diversos relatos, llegamos a tener mayor idea de qué es lo relevante y qué es secundario. He aquí la relevancia de un estudio crítico de la Biblia (exégesis), o sea que vaya al origen, al contexto de los escritores, al contexto de los primeros receptores, para saber qué se quiso transmitir originalmente. Para ésto necesitamos que ciertas personas se dediquen a la Biblia y nos enseñen.

Así mismo, el Espíritu puede guiarnos de forma particular en la lectura bíblica y, dentro de nuestros contextos actuales, la Biblia puede decirnos una y otra vez cosas nuevas. Y así es inagotable la riqueza que nos da la Biblia. Hay distintas formas de leer y acercarse a la Biblia, y para madurar en ella es bueno complementar las distintas interpretaciones (hermenéuticas) y de forma conjunta llegar a una mejor conclusión. ¡Para ello es necesario leer la Biblia de forma comunitaria!

Lo conocido como literalismo o fundamentalismo cristiano, es un fenómeno que nace recién en el siglo XX, que también puede dar su aporte, pero lo rechazo en cuanto trate de limitar la Biblia solo a una visión de la misma. ¡No podemos limitar la inspiración de Dios, que decide mostrarse desde distintas miradas! La Biblia, a diferencia de textos considerados sagrados por otras religiones, es la que más encarna ese principio pluralista.

PALABRA DE DIOS

Como ya decía, lo central es la creencia de que Cristo es revelación de Dios (Jn.1:1-18; Heb.1:1-3). Cristo es la Palabra de Dios hecha carne y revelación plena, dentro de las múltiples formas en que Dios se revela. La Biblia no es literalmente la Palabra de Dios, sino que contiene la Palabra de Dios. Si decimos "esto es Palabra de Dios", no es para divinizar la Biblia misma, sino que nosotros debemos considerarla Palabra de Dios pues nos transmite a Jesucristo y ayuda a relacionarnos con su Espíritu Santo. Y así que, siendo Cristo la mayor revelación, debemos usarlo a Él como clave hermenéutica (interpretativa) para el resto de la Biblia. Hay que leer la Biblia con los lentes de Cristo y de forma que nos lleven a conocerle mejor, así sentiremos que Dios mismo nos habla a través de la Biblia. No podemos sacar palabras aisladas de la Biblia y decir que son divinas o infalibles, sino que hemos de considerar la totalidad de la Biblia, sabiendo que su centralidad está en Cristo.

CONCLUSIÓN

La Biblia no bajó mágicamente del cielo ni de la boca de Dios ni en español, como para que idolatremos sus palabras literales ni alguna traducción en particular. Dios no se revela de forma ajena a nuestra realidad, completamente celestial, sino que se revela desde nuestra propia historia y realidad. Se revela en parte, para que conozcamos solo lo necesario y no nos enorgullezcamos, pero cuando estemos con Él plenamente entenderemos el resto (1Cor.8:1-2, 13:9-12; Gen.3:4-5). Es un Dios cercano que baja a nosotros y habla a través de humanos, revelándose especialmente en Cristo. Es Cristo con su Espíritu que nos da la vida, quien nos hace ser Iglesia y una Iglesia unida, por lo que debemos recurrir una y otra vez a la Biblia y debemos tenerla por norma de nuestra vida. Si bien necesitamos de gente dedicada que nos ayude a entenderla mejor, nadie puede poner su autoridad sobre la autoridad del mensaje bíblico, mensaje que entenderemos mejor mientras más perspectivas e interpretaciones complementemos. ¡Cada uno debe educarse en la Biblia, que debe ser para la Iglesia el lenguaje común acerca de Dios! Debemos reflexionarla tanto en la intimidad como en la comunidad de creyentes y ver cada día qué nos dice Dios a través de ella.

Guíanos, Señor, al leer tu Palabra. Amén.



[1] El Pentateuco es el fragmento más antiguo de la Biblia, y la tradición le atribuía la autoría a Moisés, debiendo ser de aprox. el siglo XV a.C. Sin embargo, a fines del siglo XIX d.C. y en base al estudio histórico crítico de la Biblia, muchos postulan que fue escrito posteriormente en el siglo X a.C. Es un tema discutido por estudios de diversas posturas.
[2] La fuente que consideré más ordenada y resumida es el sitio web http://www.cristianismo-primitivo.com/siglo-iv/el-canon-del-nuevo-testamento. No por eso me identifique con la posturas que el autor de esa web sostiene, al contrario, rechazo la mayoría de ellas. Hay que señalar también que evade toda referencia a nuevos descubrimientos del estudio histórico crítico de la Biblia. Pero si recurro a esa fuente, es porque no he encontrado otras que estén tan ordenadas ni que entreguen tanto contenido de paleocristiano... eso es una llamado de atención a todos aquellos que defienden el método histórico crítico, para que se esmeren en hacerlo más accesible. Otra buena fuente de escrituras paleocristianas es http://escrituras.tripod.com/.
[3] Este criterio, dentro de los cuatro, sería el más dudado a partir del método histórico crítico de la Biblia, desde el cual muchos proponen que los escritos de los evangelios podrían ser de incluso una tercera generación de cristianos y haberse considerado, por ignorancia, de primera o segunda... Debo reconocer que gran parte de las propuestas del método histórico crítico no me convencen del todo (debo estudiar más al respecto) y me es importante defender el origen apostólico de los libros neo-testamentarios.

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