domingo, 18 de mayo de 2014

5° La Iglesia convertida


Ya hemos mencionado que la Iglesia es pecadora y que debe reconocer la muerte que hay en ella, pero especialmente debe reconocer el amor que Dios le tiene, que se reveló plenamente en Jesucristo para que tengamos una nueva vida. El que es tocado por este buen mensaje, a pesar de ser pecador lleva consigo el Espíritu de Vida. El que es tocado por el Evangelio de Jesucristo pasa de ser un pecador cualquiera a ser un pecador de la Iglesia, miembro de esta familia que en su debilidad confiesa a Jesucristo como Señor y Maestro y vive con la esperanza puesta en el Reino de Dios. Esto es conversión. Pasar de incrédulo a crédulo, de muerto a salvo, de extraviado a hijo de Dios, de heredar la muerte a heredar el Reino de los Cielos, de impuro a limpio, de esclavo a libre, de estar bajo el propio yugo a estar bajo el yugo de Cristo.

La palabra "conversión" genera incomodidad. No solo a aquellos que no son cristianos, sino que también dentro de muchas iglesias, especialmente las liberales. Esto es porque nos llama al cambio, a dejar lo que somos y lo que tenemos para caminar inseguramente hacia la tierra prometida. Acá expondré mi pensar acerca de la conversión en relación al bautismo, que es un rito de iniciación cristiana que exterioriza la conversión, que en realidad es interna.

Al hablar del Evangelio (3° entrada) mencionamos ya a Juan el Bautista, quien bautizaba con agua y predicaba el arrepentimiento (reconocer que uno es pecador y desear la nueva vida), pero que lo importante es que Jesucristo nos bautizaría con el Espíritu y con fuego (Mt.3:1-12; Mr.1:1-8; Lc.3:1-9,15-17; Jn.1:26-34). Los apóstoles también mencionan esto (Hch.11:16) (Hch.13:24) (Hch.18:24-26) (Hch.19:1-6), quienes además fueron bautizados con el Espíritu Santo en forma de fuego el día de Pentecostés (Hch.1:5; Hch.2). En el Jordán Jesús inicia su ministerio. Se suma a la fila como un hermano más de aquellos que tienen que arrepentirse y bautizarse con agua. Jesús se identifica con la gente y en el bautismo de Juan tiene su propio rito de iniciación para comenzar el ministerio de predicar el Reino de Dios.

El agua es un símbolo relevante en la Biblia. En el Antiguo Testamento hay aprox. 1500 versículos que le hacen alusión y en el Nuevo Testamento cerca de 80. Pasajes por excelencia son del diluvio (1Pe.3:20-21; Gen.6:6-9:17), la liberación del pueblo de Israel (1Cor.10:2; Ex.14:26-15:21; Ap.15:2-4) y la historia de Jonás (Mt.16:4; Jon.1:4-5,11-17; Jon.2:10). En estos pasajes se presentan ambas características que la Biblia le otorga al agua:
En tiempos de Noé la humanidad estaba corrompida, por lo que el diluvio ahoga aquella corrupción y del agua sale una familia renovada, para crear una nueva humanidad. El pueblo llevaba generaciones bajo esclavitud, y luego de celebrar su Pascua cruza junto a Moisés el Mar Rojo, el cual ahoga aquello que los privaba de libertad, y salen del agua a un nuevo camino por el desierto. Jonás huía de la misión que Dios le tenía y es echado al mar, pero luego de pasar 3 días dentro del vientre del monstruo marino, sale nuevamente a la vida para comenzar su misión. Como cristianos, estos pasajes deben apuntarnos a la Cruz de Cristo. Él murió y resucitó, salvándonos de la muerte para ungirnos en una nueva vida en el Espíritu. Cristo es nuestra arca de Noé. Cristo es nuestra Pascua. Cristo vence a la muerte, resucitando al tercer día.

Es interesante que el mismo Jesús, a pesar de ya haber sido bautizado por Juan, insinúa que será bautizado en la cruz (Mt.20:22-23; Lc.12:49-51; Rom.1:3-4).Y como dice Romanos 6:3-11:
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
El símbolo del agua viene a dar énfasis a la conversión. A que hemos de crucificar nuestro viejo ser para vivir una nueva vida (Jn.3:1-15) (Col.2:12) (Gal.2:20). Esto es obra de Dios y no depende del ritual que podamos tener en la Iglesia ni de la persona que lo dirija. Pero como comunidad visible debemos exteriorizar la unción del Espíritu con el bautismo para ser incluidos en la comunidad de los creyentes. Sea como respuesta al Espíritu o para invocar al Espíritu. Jesús dice "el que creyere y fuere bautizado, será salvo" (Mt.28:16-20; Mr.16:14-16), pero no significa que el rito del bautismo sea una necesidad previa para la salvación, sino que Cristo se refiere al bautismo en el Espíritu Santo. Dios, si quiere, puede salvarnos y no depende de una acción humana. Así mismo, Cristo pone el bautismo como reacción a creer, siendo el bautismo un bautismo confesante y la Iglesia compuesta por los que confiesan su fe. Y aquí no concuerdo con la tradición luterana, aunque no me parece que sea un conflicto relevante, sino que ambas posturas me parecen válidas. Lutero insistía en que si nos salvamos por la obra de Dios, exigir que alguien crea antes de bautizarse sería dar énfasis al esfuerzo de la persona por creer, en vez de dar énfasis a la misericordia de Dios. Lutero promovía con fuerza el bautismo de párvulos (de niños chicos). No creo que esto sea malo, pero sí que le quita la fuerza esencial al bautismo, que es la conversión y el confesar a Cristo como Salvador y Maestro. A pesar de que el humano es naturalmente pecador desde su concepción, también es verdad que Dios tiene en sus manos a los niños desde antes de ser concebidos (Jer.1:5), por lo que bautizarlos solo para "borrar el pecado original" me parece innecesario y además sería creer que uno puede salvar a alguien por la obra humana de rociarle agua. Los niños, o cualquier persona inhabilitada para entender y confesar la fe, son incluidos al amparo de la comunidad, que confía que Dios considera a todos en su plan.

El bautismo también hace alusión a la circuncisión (cosa que trataremos en la siguiente entrada), y a través del bautismo y la conversión uno pasa a ser parte de las distintas ilustraciones que iremos presentado en estas entradas.

Si bien uno se bautiza solo una vez, la conversión es una constante en la vida del cristiano (1Cor.15:31). Uno sigue siendo pecador y necesita crecer y limpiarse constantemente, he ahí que hemos de confesarnos nuestros pecados mutuamente, para que como comunidad también nos proclamemos el perdón de Dios unos a otros. La Palabra de Dios tiene que convertirnos cada vez que la recibimos, a la cual podemos responder con la confesión de fe (el credo apostólico, por ejemplo), y si queremos también podemos volver a confesar nuestro bautismo con el rito de la confirmación. Si bien en el bautismo nos hacemos parte de la Iglesia en general (Efesios 4:4-6), considero que con el rito de la confirmación, además de renovar el bautismo, uno confirma sus creencias acorde a cierta tradición o confesión en particular, asumiendo los derechos y deberes en una congregación específica.

¡Oh Señor, tuyos somos! ¡Quita de nuestra carne el corazón de piedra y ponnos un corazón de carne, para que caminemos por tus sendas! Amén.


APÉNDICE
Exposición exhaustiva de pasajes del N.V. en que aparece la palabra "bautismo" o uno de sus derivados, más otros pasajes relacionados


Bautismo de Jesús:
(Mt.3:1-12; Mr.1:1-8; Lc.3:1-9,15-17; Jn.1:26-34)

Otras menciones a Juan el Bautista:
(Mateo 11:2-19; Lucas 7:18-35) Mensajeros de Juan ¿Es Cristo el que habría de venir?
(Mt.14:1-12; Mr.6:14-29; Lc.9:7-9) Muerte de Juan
(Mt.16:13-14; Mr.8:27-30; Lc.9:18-21) Confesión de Pedro
(Mateo 17:12-13) Juan es Elías
(Mt.21:25; Mr.11:30-32; Lc.20:4-6) Autoridad
(Lucas 1:57-80) Nacimiento de Juan
(Juan 10:40) Donde bautizaba
(Juan 3:22-30,4:1-2) Jesús hace más discípulos que Juan
(Hechos 11:16) Agua, ES y fuego
(Hechos 13:24) Bautismo de arrepentimiento
(Hechos 18:24-26) Apolos solo conocía bautismo de Juan
(Hechos 19:1-6) Pablo en Efeso

Bautismo y la cruz:
(Lc.12:49-51) Cristo, causa de división
(Mt.20:22-23) Petición de Santiago y Juan
(Romanos 6:1-14) Muertos al pecado
(Colosenses 2:12) Sepultados y resucitados

La gran Comisión:
(Mt.28:16-20; Mr.16:14-16)

Pentecostés:
(Hechos 1:5)
(Hechos 2:38,41)

Conversión de Saulo Pablo:
(Hechos 9:1-19)
(Hechos 22:6-16,26.12-18)

Otros Hechos de los Apóstoles:
(Hechos 8:12-17) Imposición manos
(Hechos 8:35-38) Felipe y el etíope
(Hechos 10:37-38,47-48) Pedro y Cornelio
(Hechos 16:15) Lidia y su familia
(Hechos 16:33) El carcelero y su familia
(Hechos 18:8) Crispo, general de la sinagoga

Unidad de la Iglesia:
(1 Corintios 1:10-17) ¿Está dividido Cristo?
(Efesios 4:4-6) Un Señor, una fe, un bautismo
(1 Corintios 12:13) Varios miembros un cuerpo

Otras menciones al bautismo en la epístolas:
(1 Corintios 10:2) Moisés
(1 Corintios 15:29) Esperanza en la resurrección
(Hebreos 6:1-3) Doctrina básica
(1Pedro 3:20-21) Noé

Otros pasaje relacionados a la nueva vida:
(Juan 3:1-15) Jesús y Nicodemo
(Romanos 7:6) Régimen nuevo Espíritu
(1 Corintios 5:7) Nueva masa
(2 Corintios 4:16) Exterior se desgasta, interior se renueva
(2 Corintios 5:17) Nueva criatura
(Gálatas 2:20) Vive cristo en mi
(Galatas 6:15) Nueva creación
(Efesios 4:17-32) Nueva vida en Cristo
(Colosenses 3) La vida antigua y la nueva
(Hebreos 10:20) Camino nuevo
(Apocalipsis 21:5) He aquí yo hago todas las cosas nuevas
(1 Corintios 6:11) Lavados, santificados, justificados
(Tito 3:4-7) Lavamiento de regeneración

Prefiguración del bautismo por profetas del A.T.:
(Ez.16:9,36:25-28)
(Is.44:3-4,14)

Si quiere leer más de la señal de Jonás:
http://www.comayala.es/Proyecto/espa/pc4/jonas.htm (Comunidad de Ayala, España)

Si quiere leer más acerca del Arca de Noé y Cristo:
http://www.oudesporen.nl/Download/HB190.pdf (El Arca de Salvación, por Hugo Bouter)
http://www.jesucristo.net/arca.htm (Jesucristo.net)

Si quiere leer más acerca del agua en la Biblia:
http://servicioskoinonia.org/relat/190.htm (Humberto Jiménez G. Pbro. Profesor Estudios Bíblicos en la Universidad de Antioquia)

domingo, 4 de mayo de 2014

4° La Iglesia y la Biblia


Ya hemos hablado de la Iglesia como la comunidad de creyentes, pecadores sanados por el Evangelio. La recepción y confesión del Evangelio nos lleva a una nueva vida en el Espíritu Santo, que nos une a todos los que creemos. Podemos recepcionar el Evangelio de la predicación de un cristiano, pero es relevante acudir siempre a la fuente, que es la Biblia. La Biblia nos habla de Dios, tal como se reveló en la historia del pueblo de Israel y como se reveló plenamente en Jesucristo, según el testimonio de sus primeros discípulos. En ella encontramos el Evangelio genuino y en sus palabras encontramos la acción del Espíritu. Entonces, es la Biblia y sus Sagradas Escrituras la guía según la cual nos regimos, que transmite aquella revelación divina común, considerada por la Iglesia como Palabra de Dios. Es revelación porque Dios, que es completamente indefinible e invisible, es transmitido y mostrado a través de lo oíble y visible.

Esto es tal vez lo más cuestionado de la fe cristiana, pero para mí es una de las cosas más relevantes, por lo que esta entrada será más extensa y con seis apartados: Canonización, Inspiración, Propósito, Pluralismo, Palabra de Dios y finalmente la Conclusión. No soy un experto de estos temas ni los presentaré de forma exhaustiva.

CANONIZACIÓN

La palabra "Biblia" proviene de una expresión reducida del griego que significa 'los libros sagrados', y es efectivamente una recopilación de varios escritos desde el siglo XV a.C. o X a.C.[1] hasta fines del siglo I d.C., escritos originalmente en arameo, hebreo o griego. El contenido de muchos de estos libros se basó en la antiquísima tradición oral y escrita del pueblo de Israel, que distintas personas consolidaron defendiendo aquella fe que le había sido conferida a su pueblo. Así mismo, las primeras comunidades cristianas, al notar que la misión tomaría muchas generaciones más y que aparecían versiones poco fiables de la Buena Nueva, escribieron lo que habían recepcionado de los testigos oculares de Jesús y juntaron los textos de los apóstoles. Pero la cosa no fue tan sencilla, pues algunos textos eran validados por unos y por otros no.

Antiguo Testamento

Entiendo que la recopilación que hoy conocemos como Antiguo Testamento fue canonizada como tal cerca del año 70 d.C. por los judíos en el concilio de Jamnia, conociéndose como Tanaj o Canon Palestinense. Esto porque habían varios canones distintos y se le dio más relevancia al de Palestina, y hasta hoy hay grupos judíos con canones distintos. El canon hebreo que adoptó la Biblia, el palestinense, tiene 39 libros (dependiendo de cómo se subdividan) categorizables de la siguiente forma:
  • La Torá (תּוֹרָה), ‘Instrucción’ o ‘Ley’, llamada por los cristianos como Pentateuco o libros de Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio)
  • Los Nevi'im (נְבִיאִים), los Profetas Anteriores (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) y Posteriores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y los 12 profetas menores)
  • Los Ketuvim (כְּתוּבִים), ‘Escritos’, que corresponden principalmente a libros poéticos y de sabiduría, aunque algunos igual son históricos (Rut, Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Lamentaciones y Daniel)
A este canon, la iglesia católica-romana le agregó 7 libros del canon judío-helénico (con escritos más tardíos que el palestinense), que los protestantes podemos considerar constructivos pero no sagrados ni canónicos, por lo que los llamamos "deuterocanónicos". Si vamos para oriente, veremos que hay canones más amplios.

Nuevo Testamento [2]

Respecto al Nuevo Testamento, cabe decir que todos sus libros fueron escritos entre los años 40 y 100 d.C., que fueron canonizados en un largo proceso de casi cuatro siglos, en base a consensos de cristianos de diversos lugares y tradiciones y no de forma arbitraria por un concilio romano cerrado, como muchos detractores tratan de hacerlo ver.

Los mismos textos bíblicos de diversos autores se dan categoría de "Escrituras" entre sí en lugares como 1ª de Timoteo 5:18, donde Pablo cita como escritura tanto un texto del Antiguo Testamento como una cita del Evangelio según Lucas. También Pedro da tal autoridad a las cartas de Pablo (2Pedro 3:15-16). También se citan de forma similar los escritos apostólicos en otros escritos cristianos entre el siglo I y IV (=paleocristianos), como en Didaké, la Carta de Clemente de Roma a los Corintios, las Epístolas de Ignacio a las siete iglesias, cartas de Ireneo de Lyon y registros de los patriarcas de la Iglesia, entre otros. Fue un tema muy relevante para las comunidades del siglo I, el poder tener las palabras de los apóstoles con ellos, pues paralelamente surgieron grupos que alteraban el mensaje o se basaban más en manifestaciones carismáticas, y prontamente nace la necesidad de definir qué libros se han de considerar sagrados. La definición más antigua del canon bíblico que se conoce, sería el Canon Muratori (fines del s. II)., muy parecido al canon que tenemos hoy. Se presentan varios otros canones tanto en el siglo III como el IV, teniendo hasta hoy el canon definido el año 367 d.C. bajo la autoridad del obispo Anastasio de Antioquía, aunque hubieron ciertas discusiones inconclusas. Por ejemplo, aún hoy hay iglesias como la etíope que incorporan otros libros al canon, como cartas de Clemente y la Didascalia. Fue un proceso prolongado y aún así fiel a sus inicios en el siglo I. Los criterios usados para considerar sagrada una escritura era:
  • Antigüedad: Los escritos debían haber sido escritos en tiempos cercanos a la época de Jesús y sus Apóstoles (o sea, del s. I)
  • Apostólico: Los escritos deben haber sido escritos por un Apóstol (por ejemplo Pablo) o un compañero de los apóstoles (Por ejemplo Lucas, Marcos). [3]
  • Católico: La palabra griega quiere decir "Universal", y se refiere aquí a que debía ser un texto de uso generalizado (universalmente aceptado) entre las iglesias.
  • Ortodoxo: El libro debía estar en armonía con el resto de textos neo-testamentarios.

INSPIRACIÓN

¿Cómo sostener que estos libros son inspiración divina? ¿Qué tipo de inspiración? Ya he mencionado que lo central para mí es la convicción de que Jesucristo es revelación plena de Dios, y ese es mi punto de partida. No solo son sagradas las palabras de Él y sus apóstoles, sino que también los escritos que Él enseñó y consideró inspirados. O sea tanto Nuevo como Antiguo Testamento. En este apartado quiero remitirme a algunos ejemplos de lo que la misma Biblia dice de su misma inspiración, y en el apartado anterior ya hay algunos ejemplos.

Respecto a Moisés, dice el pentateuco que Dios le habla visiblemente a través de manifestaciones extraordinarias de la naturaleza. Los mandamientos le fueron dados luego de extensos viajes al Monte Horeb del Sinaí, y dice que Moisés recibió las tablas de piedras escritas por Dios y que escribió lo que Dios le había dicho (Éxodo 17:14,24,31:18). Similar es con profetas como Jeremías, a quién Dios le habla y pide escribir lo oído (Jer.30,1-2).

Hay varios casos en que se habla de visiones o sueños, por ejemplo el caso del apocalipsis de Juan (Apocalipsis 1:9-20), de las profecías de Daniel (Dn.7:1) o la visión que tuvo Pedro (Hechos 10:9-17).

Pero también hay casos más sobrios, en que dicen ser claramente investigación histórica o lo transmitido por los testigos oculares de los acontecimientos (Jn.16:12-13; 1Pe.1:10-12; 1Jn.1:1-4). Algunos libros son obras artísticas, tratándose igual como palabras dadas por el Espíritu Santo a los artistas, como dice Jesús de un salmo de David (Mt. 22:43). Y así se dice igual de muchos profetas, al igual que de los apóstoles (Jn.16:12-13; 1Pe.1:10-12), como también dice 2Pedro 1:16-21:
Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
También muy citado es 2°Timoteo 3:15-17:
y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Uno puede preguntarse... ¿por qué no se revela hoy de la misma forma? Yo creo que todavía lo hace de alguna u otra forma. Tal vez no tanto como antes debido a los cambios culturales, pero ya nunca será de forma plena como en Jesucristo. Dios puede darnos revelación y hay gente hoy que dice tenerla, ¿pero cómo saber si es fidedigna? Como Iglesia lo importante es remitirse a Jesús y al legado apostólico, y considerar a la Biblia como única revelación a la cual aferrarse con autoridad. Esto último es lo que la tradición evangélica-protestante llama "Solo Biblia" o "Sola Scriptura", poniendo a la Biblia como autoridad por encima de toda jerarquía religiosa o manifestación carismática, declarando que la única forma en que el pueblo puede ser libre, es que la Biblia sea accesible para todos (leer más de las "solas" de Lutero).

PROPÓSITO

En citas de apartados anteriores ya leímos referencias al porqué de las escrituras: prepararse para actuar bien, dar a conocer el poder de Jesús y la verdad, ser sabio y obtener salvación... pero lo que me parece más concluyente es lo siguiente:
Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. (Juan 20:30-31)
Como también dice Pablo en Rom.1:17:
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
La Biblia no busca ser un registro histórico preciso, sino que simplemente busca dar a conocer a Cristo, por medio de quien obtenemos la vida que Dios nos regala. La "verdad inspirada" se trata de una verdad para el corazón y para la recepción del Espíritu de Dios en nuestras vidas. Así mismo, muchos pasajes pueden ser vistos como relatos sin ninguna base histórica, pero de todas formas inspirados, como lo señalaba en el apartado anterior, teniendo que rescatar el mensaje divino que traen más que defender una supuesta "inerrancia bíblica" (recomiendo ver cómo trata Daniel Erlander el concepto de "verdad" en el segundo capítulo de su catequesis "bautizados vivimos").

Claro que cada libro de la Biblia tiene sus particularidades y propósitos específicos, pero diría que en general y lo más relevante es lo ya expuesto.

PLURALISMO

Si bien se considera que lo escrito es guiado por el Espíritu Santo y es verdad, no deja de ser escrito por personas que no pueden desprenderse de su humanidad, de su cultura y su contexto. Dios mismo no nos exigió subir a Él y relacionarnos con Él en lengua angelical, sino que Él bajo a nosotros y en Jesucristo se hizo como nosotros y habló como nosotros. He aquí una riqueza de la Biblia, que muestra un Dios que se revela de forma particular en distintas partes de la historia y a personas distintas. Si vemos los cuatro evangelios, están escritos en órdenes distintos, con énfasis distintos y en ocasiones con detalles aparentemente contradictorios. Esto es no solo porque cada uno de sus discípulos tuvo una experiencia distinta de Él, sino que también porque los receptores de los textos tenían culturas y necesidades distintas, y porque el tiempo fue cambiando los énfasis teológicos.

Si vamos al Antiguo Testamento, vemos disputas teológicas entre libros y a veces dentro de un mismo libro. Pasajes que defienden la monarquía y otros que la critican, pasajes que predican la "doctrina de la retribución" y otras que la reemplazan por la misericordia de Dios (que es la que muestra Jesús), pasajes nacionalistas y otros universalistas, etcétera. Si vamos a los capítulos 1 y 2 del Génesis, vemos dos relatos distintos de la creación con un orden distinto y con mensajes distintos. El método histórico crítico propone que Génesis, al igual otros libros del A.T., es una recopilación de distintas tradiciones hebreas que probablemente pugnaban entre sí, pero que en el fondo se complementan para mostrar de forma más rica a Dios. Eso me hace mucho sentido y se puede notar sin ser experto, con una lectura atenta. Viendo lo común y lo distinto de los diversos relatos, llegamos a tener mayor idea de qué es lo relevante y qué es secundario. He aquí la relevancia de un estudio crítico de la Biblia (exégesis), o sea que vaya al origen, al contexto de los escritores, al contexto de los primeros receptores, para saber qué se quiso transmitir originalmente. Para ésto necesitamos que ciertas personas se dediquen a la Biblia y nos enseñen.

Así mismo, el Espíritu puede guiarnos de forma particular en la lectura bíblica y, dentro de nuestros contextos actuales, la Biblia puede decirnos una y otra vez cosas nuevas. Y así es inagotable la riqueza que nos da la Biblia. Hay distintas formas de leer y acercarse a la Biblia, y para madurar en ella es bueno complementar las distintas interpretaciones (hermenéuticas) y de forma conjunta llegar a una mejor conclusión. ¡Para ello es necesario leer la Biblia de forma comunitaria!

Lo conocido como literalismo o fundamentalismo cristiano, es un fenómeno que nace recién en el siglo XX, que también puede dar su aporte, pero lo rechazo en cuanto trate de limitar la Biblia solo a una visión de la misma. ¡No podemos limitar la inspiración de Dios, que decide mostrarse desde distintas miradas! La Biblia, a diferencia de textos considerados sagrados por otras religiones, es la que más encarna ese principio pluralista.

PALABRA DE DIOS

Como ya decía, lo central es la creencia de que Cristo es revelación de Dios (Jn.1:1-18; Heb.1:1-3). Cristo es la Palabra de Dios hecha carne y revelación plena, dentro de las múltiples formas en que Dios se revela. La Biblia no es literalmente la Palabra de Dios, sino que contiene la Palabra de Dios. Si decimos "esto es Palabra de Dios", no es para divinizar la Biblia misma, sino que nosotros debemos considerarla Palabra de Dios pues nos transmite a Jesucristo y ayuda a relacionarnos con su Espíritu Santo. Y así que, siendo Cristo la mayor revelación, debemos usarlo a Él como clave hermenéutica (interpretativa) para el resto de la Biblia. Hay que leer la Biblia con los lentes de Cristo y de forma que nos lleven a conocerle mejor, así sentiremos que Dios mismo nos habla a través de la Biblia. No podemos sacar palabras aisladas de la Biblia y decir que son divinas o infalibles, sino que hemos de considerar la totalidad de la Biblia, sabiendo que su centralidad está en Cristo.

CONCLUSIÓN

La Biblia no bajó mágicamente del cielo ni de la boca de Dios ni en español, como para que idolatremos sus palabras literales ni alguna traducción en particular. Dios no se revela de forma ajena a nuestra realidad, completamente celestial, sino que se revela desde nuestra propia historia y realidad. Se revela en parte, para que conozcamos solo lo necesario y no nos enorgullezcamos, pero cuando estemos con Él plenamente entenderemos el resto (1Cor.8:1-2, 13:9-12; Gen.3:4-5). Es un Dios cercano que baja a nosotros y habla a través de humanos, revelándose especialmente en Cristo. Es Cristo con su Espíritu que nos da la vida, quien nos hace ser Iglesia y una Iglesia unida, por lo que debemos recurrir una y otra vez a la Biblia y debemos tenerla por norma de nuestra vida. Si bien necesitamos de gente dedicada que nos ayude a entenderla mejor, nadie puede poner su autoridad sobre la autoridad del mensaje bíblico, mensaje que entenderemos mejor mientras más perspectivas e interpretaciones complementemos. ¡Cada uno debe educarse en la Biblia, que debe ser para la Iglesia el lenguaje común acerca de Dios! Debemos reflexionarla tanto en la intimidad como en la comunidad de creyentes y ver cada día qué nos dice Dios a través de ella.

Guíanos, Señor, al leer tu Palabra. Amén.



[1] El Pentateuco es el fragmento más antiguo de la Biblia, y la tradición le atribuía la autoría a Moisés, debiendo ser de aprox. el siglo XV a.C. Sin embargo, a fines del siglo XIX d.C. y en base al estudio histórico crítico de la Biblia, muchos postulan que fue escrito posteriormente en el siglo X a.C. Es un tema discutido por estudios de diversas posturas.
[2] La fuente que consideré más ordenada y resumida es el sitio web http://www.cristianismo-primitivo.com/siglo-iv/el-canon-del-nuevo-testamento. No por eso me identifique con la posturas que el autor de esa web sostiene, al contrario, rechazo la mayoría de ellas. Hay que señalar también que evade toda referencia a nuevos descubrimientos del estudio histórico crítico de la Biblia. Pero si recurro a esa fuente, es porque no he encontrado otras que estén tan ordenadas ni que entreguen tanto contenido de paleocristiano... eso es una llamado de atención a todos aquellos que defienden el método histórico crítico, para que se esmeren en hacerlo más accesible. Otra buena fuente de escrituras paleocristianas es http://escrituras.tripod.com/.
[3] Este criterio, dentro de los cuatro, sería el más dudado a partir del método histórico crítico de la Biblia, desde el cual muchos proponen que los escritos de los evangelios podrían ser de incluso una tercera generación de cristianos y haberse considerado, por ignorancia, de primera o segunda... Debo reconocer que gran parte de las propuestas del método histórico crítico no me convencen del todo (debo estudiar más al respecto) y me es importante defender el origen apostólico de los libros neo-testamentarios.

sábado, 3 de mayo de 2014

3° La Iglesia y el Evangelio


Aunque seamos pecadores, como explicaba en la entrada anterior, también mencioné en la 1° entrada que a pesar de nuestras faltas, es Cristo quien nos sostiene y que estamos unidos gracias a su Espíritu. Junto a esto, mencioné que lo que nos une es el Evangelio. Pero... ¿qué es el Evangelio? "Evangelio" significa "Buena Nueva" o "Buena Noticia", y como definían los primeros evangélicos luteranos en Augsburgo, entre los miembros de la Iglesia se ha de predicar genuinamente el Evangelio para ser Iglesia. Pero... ¿cuál es esa Buena Noticia?

La Noticia que se ha de predicar puede contarse desde distintas perspectivas, fortaleciéndose con cada una de las ilustraciones que presentaré, pero en términos simples y conforme a la postulación que hice en la 1° entrada, la Buena Noticia sería que en Jesucristo (el Hijo de Dios) se revela Dios y que es nuestro redentor personal. Muchos evangélicos podemos concordar que el Evangelio se resume en las palabras de Cristo según Juan 3:16:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
O en Lc.4:18-19:
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.
Y también en Jn.10:10:
...yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
O bien las palabras de Pablo en Romanos 5:10-11:
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
O en Romanos 10:9:
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Juan el bautista habla, según los cuatro evangelistas bíblicos, del perdón de los pecados, de la confesión y el arrepentimiento, reconociendo a Jesús de Nazaret como el que viene a darnos su Espíritu Santo (Mt.3:1-12; Mc.1:1-8; Lc.3:1-9,15-17; Jn.1:26-34). Conforme a los tres evangelios sinópticos, Jesús y sus discípulos predicaban el arrepentimiento y que "el Reino de los cielos se ha acercado" (Mt.4:17,10:7; Mc.1:15; Lc.9:2). Y del primer gran discurso de Pedro en Pentecostés (Hch.2:14-42) he de destacar que "todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" (v.21) y que "a este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos"(v.32). Al percatar el pueblo que asesinaron al enviado de Dios, Pedro les dice: "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo." (v.38).

La Iglesia somos los que reconocemos nuestra condición pecadora, pero que principalmente reconocemos el gran amor incondicional que Dios nos tiene, reconciliados con Él. Dios, a pesar de que este mundo no se rige conforme a Su voluntad, vino a nuestro encuentro y quita aquello que nos separa al darnos Su Espíritu. Nos asegura que el pecado y la muerte no tienen la última palabra. La Iglesia somos personas tocadas por este Evangelio y que sentimos la presencia del Espíritu Santo. Los que hacemos propia la esperanza de vivir juntos el Reino de los Cielos, que se basa en esa Vida que nos mostró Jesús. En su vida, al asumir nuestra muerte y al vencerla resucitando, nace la esperanza de comunión plena con Dios y los hermanos. ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Cómo debería ser la vida? ¿Cómo es Dios? ¡Mira a Jesucristo y tendrás la respuesta! La Iglesia nace de este mensaje, asumiendo la muerte que está en ella, pero para vivir una nueva vida: la vida conforme al Espíritu de Dios. ¡Somos libres para vivir unidos a Él y conforme a Su amor! Una liberación que no queda encerrada en nosotros, sino que al igual que los primeros discípulos, hemos de confesarla y predicarla. Eso es lo que nos hace Iglesia, pues el Espíritu de Dios actúa a través del mensaje evangélico.

¡Oh Dios, que nos amas inmensamente y te revelas a nosotros en Jesús, pon en nuestro corazón tu esperanza, para que vivamos juntos conforme a tu Santo Espíritu! Amén.